El diario Trabajadores plantea que “al menos en Santiago de Cuba, el consumidor no se encuentra protegido (…) los tumbes (carnicerías y bodegas) cada día que pasa son mayores, antes eran de dos onzas, hoy llegan a doce onzas y a veces hasta de una libra”.
Pero para Raúl Risco Pérez, en Pinar del Río, “ese artículo ha sido bien conservador (…) yo te puedo asegurar sin temor a equivocarme, que esto sucede en toda la República de Cuba; está dado por los míseros salarios que paga el Gobierno a sus trabajadores y por lo tanto, todo el mundo se ve obligado a delinquir y este delito consiste en el robo, en la estafa al pueblo”.
Risco afirmó a martinoticias.com que situaciones como la de Santiago de Cuba ocurren “en Guantánamo, Holguín, en Camagüey, en La Habana, en Pinar del Río, en todos los lugares”. Enfatizó que el Gobierno es el único culpable de todo lo que está pasando.
Ramón Bolaños Martín, quien reside en Santiago de Cuba, dijo que “esto no es culpa del carnicero, del bodeguero o del administrador (…) es culpa de quien obliga a cometerlo, el Gobierno”.
“El Estado cubano ha enseñado (a todos ellos) que venden productos a la población a robarles, por la necesidad que tienen, el salario mísero”, porque las condiciones de vida los obliga a pensar en la mejor vía para alimentar a sus familias.
Bolaños dijo que aunque las autoridades cubanas supervisan las carnicerías y las bodegas, ésta no es la manera de resolver el problema. “Lo que debería hacer el Estado es mejorar la calidad de vida de estas personas (sus empleados), que tengan salarios y viviendas decorosas, que puedan tener acceso a todos los productos de tiendas de divisas”.
Su esposa, Karina Quintán, declaró que los “tumbes” ocurren a menudo. “Estos productos después los venden en bolsa negra, por detrás de la cortina a los consumidores. Tú, vas a comprar el pollo, vas a comprar el pescado, vas a comprar el censo que te dan por la libreta y todo, todo te lo roban”, añadió.
Pero para Raúl Risco Pérez, en Pinar del Río, “ese artículo ha sido bien conservador (…) yo te puedo asegurar sin temor a equivocarme, que esto sucede en toda la República de Cuba; está dado por los míseros salarios que paga el Gobierno a sus trabajadores y por lo tanto, todo el mundo se ve obligado a delinquir y este delito consiste en el robo, en la estafa al pueblo”.
Risco afirmó a martinoticias.com que situaciones como la de Santiago de Cuba ocurren “en Guantánamo, Holguín, en Camagüey, en La Habana, en Pinar del Río, en todos los lugares”. Enfatizó que el Gobierno es el único culpable de todo lo que está pasando.
Ramón Bolaños Martín, quien reside en Santiago de Cuba, dijo que “esto no es culpa del carnicero, del bodeguero o del administrador (…) es culpa de quien obliga a cometerlo, el Gobierno”.
“El Estado cubano ha enseñado (a todos ellos) que venden productos a la población a robarles, por la necesidad que tienen, el salario mísero”, porque las condiciones de vida los obliga a pensar en la mejor vía para alimentar a sus familias.
Bolaños dijo que aunque las autoridades cubanas supervisan las carnicerías y las bodegas, ésta no es la manera de resolver el problema. “Lo que debería hacer el Estado es mejorar la calidad de vida de estas personas (sus empleados), que tengan salarios y viviendas decorosas, que puedan tener acceso a todos los productos de tiendas de divisas”.
Su esposa, Karina Quintán, declaró que los “tumbes” ocurren a menudo. “Estos productos después los venden en bolsa negra, por detrás de la cortina a los consumidores. Tú, vas a comprar el pollo, vas a comprar el pescado, vas a comprar el censo que te dan por la libreta y todo, todo te lo roban”, añadió.