La cantidad de enfermos ingresados en hospitales y escuelas habilitadas para recibir personas detectadas "con sospecha de dengue" aumenta cada día y el régimen cubano guarda silencio e impide hablar con claridad de lo que está ocurriendo.
Aunque en varias provincias se han reportado casos de personas infectadas, Camagüey, Guantánamo, Villa Clara y La Habana se destacan con más incidencia entre los reportes de los periodistas independientes que han tenido que ingeniárselas para conocer detalles del avance de la epidemia y poderlos revelar ante los medios de difusión extranjeros.
Cientos de personas han sido ingresadas y evaluadas como 'sospechosas' por el personal médico que las inspecciona. La palabra dengue no se maneja en ningún policlínico ni hospital y las personas encargadas del teléfono en los centros de información, ante cualquier pregunta del interesado sobre los afectados se obstinan repitiendo a cada momento que en ese lugar todos están bajo sospecha pero ninguno tiene dengue.
Y en la medida que unos son vigilados por médicos y enfermeras en las salas de ingresos, otros vigilan a los que intentan indagar en los hospitales los nombres y apellidos de los fallecidos poco después de haber entrado en el lugar 'bajo sospecha' y ahora el certificado de defunción indica que fallecieron por causas tan disímiles como paro cardiaco o respiratorio, hipertensión o complicación derivadas de otra enfermedad oportunista.
En Cuba que nadie espere encontrar al dengue como causa de muerte: es posible morir hasta de sospechas, pero nunca de una enfermedad que el régimen haya prohibido padecer.
Aunque en varias provincias se han reportado casos de personas infectadas, Camagüey, Guantánamo, Villa Clara y La Habana se destacan con más incidencia entre los reportes de los periodistas independientes que han tenido que ingeniárselas para conocer detalles del avance de la epidemia y poderlos revelar ante los medios de difusión extranjeros.
Cientos de personas han sido ingresadas y evaluadas como 'sospechosas' por el personal médico que las inspecciona. La palabra dengue no se maneja en ningún policlínico ni hospital y las personas encargadas del teléfono en los centros de información, ante cualquier pregunta del interesado sobre los afectados se obstinan repitiendo a cada momento que en ese lugar todos están bajo sospecha pero ninguno tiene dengue.
Y en la medida que unos son vigilados por médicos y enfermeras en las salas de ingresos, otros vigilan a los que intentan indagar en los hospitales los nombres y apellidos de los fallecidos poco después de haber entrado en el lugar 'bajo sospecha' y ahora el certificado de defunción indica que fallecieron por causas tan disímiles como paro cardiaco o respiratorio, hipertensión o complicación derivadas de otra enfermedad oportunista.
En Cuba que nadie espere encontrar al dengue como causa de muerte: es posible morir hasta de sospechas, pero nunca de una enfermedad que el régimen haya prohibido padecer.