De refugiado a millonario: un cubano de éxito vive de enseñar cómo se alcanza

Escapó de Cuba a la edad de 16 años, en 1994. Llegó a los Estados Unidos sin dinero, sin sus padres, y sin saber hablar inglés. Por un tiempo fue incluso un desamparado que vivía en las calles. Diez años después, era millonario.

Se trata de Andrés Lara, un orador motivacional también conocido como "El chico cubano". El diario Morning Sun reporta que el lunes los estudiantes de la Universidad Estatal de Pittsburg, en el sureste del estado central de Kansas, aprendieron cómo se puede superar los obstáculos y tener éxito, escuchando a Lara.

Según su sitio web, Lara se graduó con honores en la Universidad Estatal Montclair de Nueva Jersey, con una licenciatura en comunicación oral y una especialización en escritura creativa. Es autor de varios libros, entre ellos "Inspire al gigante que duerme en su interior ", "¿Cómo mantener la motivación en los momentos difíciles?" y "La meta".

El “chico cubano” es el director general de la firma A. Success Training, dedicada al entrenamiento para el éxito; fue presidente de la revista Inspiración, y ha estado dictando conferencias en todo Estados Unidos durante 10 años.

"Hablar es mi pasión", afirma Lara, y revela que uno de sus profesores le dio un acrónimo que debía recordar siempre para tener éxito en la vida: G-O-Y-A, o Get Off Your Anatomy, sal de tu anatomía y actúa. (Nada se gana con el ensimismamiento y la inmovilidad)

"Uno puede querer lo que quiera, pero si no 'G-O-Y-A' y actúa, nada va a pasar", dice.

Resaltó asimismo la importancia de un diálogo positivo consigo mismo, y enfatizó a los estudiantes la necesidad de deshacerse del lastre y no dejar que otros dicten nuestros actos.

“Con, o sin, siga adelante. Eso dirá que usted encara con seriedad el éxito”.

La siguiente transcripción de un video promocional colgado en Youtube da una idea de la filosofía que Lara propone a quienes quizás no tienen un trabajo de autoridad o prominencia pública:

Mensaje 47
Siéntase orgulloso

“La calidad de la vida de una persona es directamente proporcional a su compromiso con la excelencia, no importa qué campo de actividad haya elegido”.
Vince Lombardi

No existen trabajos extraordinarios; sólo trabajos ordinarios desempeñados de manera extraordinaria, acometidos con orgullo.

El orgullo no nace de lo que hacemos; nace de cómo hacemos lo que hacemos, de qué hacemos con lo que hacemos.

No importa cuál sea su título, su cargo o su profesión. Tampoco, lo que otros puedan pensar de su línea de trabajo. Hágalo como si nunca se hubiera hecho. Hágalo de manera que pueda sentirse orgulloso.

Repita esta frase: “Yo soy el mejor en lo que hago”.

Dígala de nuevo: “Yo soy el mejor en lo que hago”.

Una vez más: “Soy el mejor en lo que hago”.

Actúe hoy para demostrar que usted es el mejor en lo que hace.

Creo que este pasaje es una buena ilustración de lo que estoy tratando de comunicarle:

Si usted no puede ser pino en lo alto del monte, sea zarzal en el valle, pero sea el mejor zarzal al pie del monte.

Sea un arbusto, si no puede ser un árbol. Y si no puede ser arbusto, sea una brizna de hierba en alguna carretera, y siéntase feliz de serlo.

Si no puede ser un gran lucio en el lago, sea una pequeña perca, pero sea la perca más vivaracha del lago.

No todos podemos ser capitanes: alguien tiene que ser marinero.

Hay algo aquí para todos nosotros, y la tarea que debemos cumplir está cerca.

Si no puede ser carretera, sea sendero. Si no puede ser el Sol, sea una estrella.

No será por eso que triunfará o fracasará. En cualquier cosa que haga, sea el mejor, y prevalecerá.