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Tres pesos por una tanqueta de agua


Cubanos se abastecen de agua en pipas.
Cubanos se abastecen de agua en pipas.

Los pobladores en todo el país se las han arreglado por décadas para paliar la escasez pero hay soluciones como son el arreglo y mantenimiento de los sistemas de conductoras del agua que sólo están en manos de estado.

Los problemas con el suministro de agua en Cuba se agravan año tras año. La población se ha cansado de plantear el problema y se acostumbró a no recibir respuesta ni solución por parte de las instituciones estatales.

La localidad de Guanabo, zona turística ubicada a treinta kilómetros al este de La Habana, es uno de los lugares donde los residentes estuvieron más de tres meses sin recibir agua por las tuberías.

“Teníamos que pagar la tanqueta a 3 pesos (equivalente a dos cubos de agua) para tomar, cocinar y hacer todas las labores domésticas y para colmo subir varios pisos cargando los recipientes”, aseguró María Elena Mir Marrero, residente en el lugar.

En este mes ya los vecinos de Guanabo tienen agua pero se vieron precisados a hacer todo tipo de denuncias y reclamaciones, según explicó Mir que no alberga esperanzas de que la solución actual sea permanente.

"Yo te puedo asegurar que si el año próximo alguien viene aquí a preguntar, vamos a estar sin agua de nuevo”, aseguró.

Los pobladores en todo el país se las han arreglado por décadas para paliar la escasez, pero hay soluciones como el arreglo y mantenimiento de los sistemas de conducción del agua que sólo están en manos de estado.

En su edición del 19 de septiembre, el periódico Granma destacó que se está aplicando en el país un programa integral de construcción y rehabilitación de las redes y conductoras de abasto, así como la restauración de los sistemas de alcantarillado de drenaje pluvial.

Sin embargo, Emilio Almaguer, residente en Baracoa, destaca que se están haciendo arreglos en las calles pero aún "hay zonas donde nunca llega el agua y en otras ocurre cada tres o cinco días".

Los poblados situados en las estribaciones de las montañas reciben el agua por gravedad y en estos momentos están arreglando las tuberías dentro de la ciudad de Baracoa, pero según Almaguer, el trabajo se realiza con lentitud. “En un tiempo vamos a tener agua pero ya no tenemos calles”, apuntó.

Residentes en Baracoa y los caseríos aledaños han visto en los últimos meses cómo, en el empeño de componer el acueducto, también se ha destruido la flora y el medio ambiente.

Según destacó Almaguer “la mayoría de los ríos han perdido sus aguas cristalinas, y en otras partes le han extraído la grava y ahora ha quedado destruido el caudal y se ha afectado la floresta".

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