El pasado 26 de octubre, y bajo un aparatoso operativo policial, fue detenido en La Habana Abel Expósito Díaz. Un hombre capaz y trabajador obstinado, gerente de la más visitada y prestigiosa Casa del Habano, situada en los bajos del emblemático edificio de la Real Fábrica de Tabacos Partagás, justo a espaldas del capitolio habanero.
Los rumores aseguran que la detención responde a severas acusaciones de contrabando de puros hacia las tiendas más lujosas de distribuidores de habanos en Europa, especialmente las de Suiza; y por posesión ilegal de cantidades exorbitantes de divisas extranjeras.
Visto así, el caso es fácil. Muchos saben que hacer negocios en Cuba es algo así como ir de compras a un “supermercado Disney”, donde los funcionarios cubanos, aguardan a ser conquistados por un buen paco de papeles verdes sobre los que descansa la imagen de Benjamín Franklin.
Los detalles de esta fétida historia hieden a versión encubierta. Si ya tenían tras las rejas al burócrata “enmohecido”, ¿para qué la policía detuvo además a su hijo, y a su ex esposa? ¿Por qué el caso está en manos de la Seguridad del Estado? ¿Por qué testigos presenciales del momento de la detención aseguran que, al ser esposado, el reo vestía una camisa de rayas negras y blancas de imitación Versace? Por cierto, que yo sepa, los corruptos no usan imitaciones ni para ser detenidos. Lo hermoso nunca es corrosivo.
Fundada en 1845, Partagás es quizás la más famosa fábrica de tabacos de Cuba y ahí surgió el conocido lector de tabaquería. Esta afamada factoría estuvo cerrada y abandonada a su suerte por años. Se reinauguró por necesidad en abril de 1991, y un par de años después se instaló allí la Casa del Habano Partagás, primera de su tipo en Cuba. Desde entonces, este señor, de mediana estatura y afectuoso hablar, regenteaba el lugar; y como mariposa social logró imponer su propio estilo con relativa libertad.
Abel es una institución en el mundo del habano por su inigualable experiencia. En 1999 fue el primer cubano en alcanzar el título de Hombre Habano. Para aquellos que no conocen, “Hombre Habano Awards” es la más alta distinción del gremio, y se otorga a personas notables en el negocio, la comunicación, el comercio y la producción de habanos.
Abel Expósito logró hacer de Partagás la meca de los fumadores de tabacos, donde hoy se reúnen los 'cigars' aficionados que visitan la isla. Exitosos empresarios, importantes diplomáticos, turistas de medio 'profile', truhanes internacionales y figuras de renombre como Gerard Depardieu, Jeremy Irons, Jack Nicholson, Steven Spielberg, Matt Dillon, Naomi Campbell y otros. De allí salen los habanos que después de cenar fuman insospechados estadistas, excelencias y monarcas. La Casa Partagás no es una tienda cualquiera, sino un lugar estratégico donde el mundo de la fantasía se entrelaza con la realidad.
Las autoridades cubanas, para variar, no han dado versión oficial, pero los cuchicheos aseguran que el explote del ex Hombre Habano es sólo un intrascendente raspón estatal. En noviembre, mes festivo para los habanos, la Casa Partagás reabre las puertas brindando un coctel especial para invitados de lujo y sibaritas entrenados en observar y callar. La cita estará presidida por Fidel Castro Díaz-Balart, quien impondrá como nuevo gerente a su buen amigo René Valdés Miller, el expulsado y ex director de la fábrica Romeo y Julieta.
Los rumores aseguran que la detención responde a severas acusaciones de contrabando de puros hacia las tiendas más lujosas de distribuidores de habanos en Europa, especialmente las de Suiza; y por posesión ilegal de cantidades exorbitantes de divisas extranjeras.
Visto así, el caso es fácil. Muchos saben que hacer negocios en Cuba es algo así como ir de compras a un “supermercado Disney”, donde los funcionarios cubanos, aguardan a ser conquistados por un buen paco de papeles verdes sobre los que descansa la imagen de Benjamín Franklin.
Los detalles de esta fétida historia hieden a versión encubierta. Si ya tenían tras las rejas al burócrata “enmohecido”, ¿para qué la policía detuvo además a su hijo, y a su ex esposa? ¿Por qué el caso está en manos de la Seguridad del Estado? ¿Por qué testigos presenciales del momento de la detención aseguran que, al ser esposado, el reo vestía una camisa de rayas negras y blancas de imitación Versace? Por cierto, que yo sepa, los corruptos no usan imitaciones ni para ser detenidos. Lo hermoso nunca es corrosivo.
Fundada en 1845, Partagás es quizás la más famosa fábrica de tabacos de Cuba y ahí surgió el conocido lector de tabaquería. Esta afamada factoría estuvo cerrada y abandonada a su suerte por años. Se reinauguró por necesidad en abril de 1991, y un par de años después se instaló allí la Casa del Habano Partagás, primera de su tipo en Cuba. Desde entonces, este señor, de mediana estatura y afectuoso hablar, regenteaba el lugar; y como mariposa social logró imponer su propio estilo con relativa libertad.
Abel es una institución en el mundo del habano por su inigualable experiencia. En 1999 fue el primer cubano en alcanzar el título de Hombre Habano. Para aquellos que no conocen, “Hombre Habano Awards” es la más alta distinción del gremio, y se otorga a personas notables en el negocio, la comunicación, el comercio y la producción de habanos.
Abel Expósito logró hacer de Partagás la meca de los fumadores de tabacos, donde hoy se reúnen los 'cigars' aficionados que visitan la isla. Exitosos empresarios, importantes diplomáticos, turistas de medio 'profile', truhanes internacionales y figuras de renombre como Gerard Depardieu, Jeremy Irons, Jack Nicholson, Steven Spielberg, Matt Dillon, Naomi Campbell y otros. De allí salen los habanos que después de cenar fuman insospechados estadistas, excelencias y monarcas. La Casa Partagás no es una tienda cualquiera, sino un lugar estratégico donde el mundo de la fantasía se entrelaza con la realidad.
Las autoridades cubanas, para variar, no han dado versión oficial, pero los cuchicheos aseguran que el explote del ex Hombre Habano es sólo un intrascendente raspón estatal. En noviembre, mes festivo para los habanos, la Casa Partagás reabre las puertas brindando un coctel especial para invitados de lujo y sibaritas entrenados en observar y callar. La cita estará presidida por Fidel Castro Díaz-Balart, quien impondrá como nuevo gerente a su buen amigo René Valdés Miller, el expulsado y ex director de la fábrica Romeo y Julieta.