El muchacho permanece al lado de la puerta de entrada, a la izquierda esta su novia que le ha acompañado a la despedida. Lleva un bolso colgado en el hombro derecho y mira a su alrededor como si estuviese asombrado. En el piso una maleta oscura donde ha recogido quizás sus pocas ropas.
Hoy he llegado al aeropuerto muy diferente a esas tantas otras veces en que las lágrimas de dolor e impotencia se hacían piedras detrás de mis ojos. También mis pasajeros han sido otros que no huyen, ni se repliegan en el susto y la resignación de existir a retazos aterrorizados por el comunismo. Hoy los ríos de llanto visto en las veces anteriores, han decrecido y los adioses indefinidos duermen en un espacio del pasado. Muchos alzarán las manos al despedirse pero ya no será ese gesto solemne de una posible separación eterna.
Retorno por un minuto al pasado. La espalda de mi hija perdiéndose del otro lado del pasadizo lúgubre de la dictadura, después de haber abandonado sus estudios de medicina para no quedar atrapada en los grilletes del tiránico Estado. Alguien que la amaba había abonado diez mil dólares a una red de traficantes de personas muy bien estructurada por corruptos funcionarios estatales, quizás todos miembros del honroso partido comunista cubano. Era el pago al ejercicio de uno de los Derechos Humanos plasmados en la Declaracion Universal.
En esta tarde he llegado hasta aquí con unos amigos excepcionales a despedir a Eliecer Ávila, el joven que con la ingenuidad del guajiro que cree en la integridad y el respeto por la persona humana, le pidió al presidente de la Asamblea Nacional: Ricardo Alarcón publicamente unos años atrás, una simple explicación de por qué los cubanos no podía ejercer el artículo número 9 de la DD.HH y el mediocre sátrapa le contestó con una de las estupideces más irónicas hechas por un representante del gobierno comunista, bajo cuya dirección se ha despedazado la nación, esclavizado al pueblo y aplastado la patria. Si damos permiso para que todo el que quiera viajar viaje el espacio aéreo se congestionara: el poder no solo corrompe también embrutece y conduce a la imbecilidad.
Esas palabras tan ofensivas a la inteligencia y opuestas a la condición humana de libertad, derechos y justicia para todos fue el detonante. Desde entonces el muchacho fue electo predilecto para la exclusión social. La bota del tirano se le colocó encima para aplastarlo como a un repugnante insecto, pero el muchacho debajo de la bota se le convirtió en piedra. Es la ceguera del poder, confunde las mariposas con los leones, la humildad con debilidad, el odio con el amor, el perdón con sumisión y el pan y el vino de la santa cena con el excremento y las aguas albañales de sus propios desperdicios.
Me le acerco y le doy un abrazo como si por sus venas corriera mi propia sangre o más. Luego le pido que me conteste estas dos preguntas:
¿Como tú te sientes al viajar hoy y haber sido, yo creo, una de las primeras persona que le exigió a un funcionario del Estado el derecho a viajar de los cubanos?
Eliecer: Bueno, yo me siento en primer lugar contentísimo y en segundo lugar satisfecho de que de alguna manera mi aspiración de tener un país, en que para cambiar una ley para que el país sea mejor no haya que hacer nada violento, ni faltarle el respeto a nadie, ni tener una guerra, simplemente con que se exprese con claridad la opinión del pueblo, los gobernantes actúen en función de eso. Por eso yo creo que este paso, por muy pequeño que sea va a ser muy importante en la vida de todos nosotros.
¿Crees que exigir de esa forma pacífica es lo más correcto para todos, lo más beneficioso para todos?
Eliecer: Para mi es la única forma de garantizar un futuro de paz y armonía. Yo creo que cerrar heridas viejas no puede ser abrir heridas nuevas. Por lo tanto, yo creo que por lo menos de mi parte, el respeto y el dialogo va a ser mi única actitud.
Gracias y le sigo deseando éxitos; le digo
No deja de ser el guajiro ingenuo( y lo expreso como el más grande los elogios) que le pidió con amabilidad, respeto y decencia a Alarcón el derecho que por condición humana le correspondía y de no ser por la presión de la prensa independiente, dando a conocer la realidad del día a día, la resistencia de la oposición bajo el imperio de la prisión, la exclusión, el destierro, la discriminación y la represión abierta en criminales actos de barbarie, jamás hubiésemos adquirido ese derecho. Está bien que no incitemos a la violencia, pero el gobierno nunca ha estado dispuesto al dialogo transparente y respetuoso con los pensadores diferentes y hasta que eso no se alcance, lo que queda de Cuba seguirá viviendo en servidumbre e incertidumbre.
Cuando ya casi termino se acercan las cámaras de la NBC. Algunos curiosos se aproximan y se preguntan quién es el personaje, pero el pueblo no conoce nada más allá de lo que los hipócritas, demagógicos y pérfidos programas dictatoriales en el discurso oficial. Este ha sido uno de los más grandes y eficientes logros de la prensa revolucionaria, oponerse a lo que revoluciona, ocultar la verdad y esconder tras la palabra mercenario los hijos de la patria que la hacen honrosa. Su esencia ha sido la traición a la decencia y la ética.
Escucho a un taxista de Cubataxi que trabaja con divisa decirle a otro: “¿Por qué no me hacen una foto a mí?” Y el otro le contesta: “¿Quieres perder el trabajo?”
Ya dentro en el salón una joven se le acerca a Yoani y le dice: ¿eres Yoani verdad, yo soy la muchacha española que lee tu blog? Dolorosa ironía del amor. Lo que es la libertad. La mayoría de los viajeros son cubanos, ninguno se ha acercado a saludar a la mensajera de la libertad. Las personas que más amas, para las cuales reclamas sus derechos, unos te ignoran y la mayoría no te conoce. Tú pueblo por el cual lo has arriesgado todo y para el cual escribes no sabe quién eres. La dictadura se ha encargado de asesinar la información. Pero nos queda el consuelo del Cristo crucificado por los que vino a salvar. El joven que marcha hoy a Europa con el derecho al regreso, rectifica su pasaje y entrega su maleta, luego alza su mano derecha y se pierde detrás de una puerta.
Nos volteamos y salimos del aeropuerto, yo alzo la vista hacia el cielo buscando la congestión de aviones entorpeciendo la claridad, pero solo veo la luz de la tarde disipando las tiniebla de la necia mente de los tiranos que gobiernan los pueblos por la fuerza del poder y no por la razón de la justicia enarbolando el blasón de la libertad.
Esta vez entré con alegría al aeropuerto y salí más alegre, había cumplido una promesa hecha a mi mismo cuando al marcharse mi hija se hicieron las lagrimas piedras en mis ojos. Hoy se derriten pero de pasión y amor por no sentir la vergüenza sobre mi conciencia de haber traicionado a mí pueblo.
Publicado originalmente en el blog Dekaisone de Agustín López.