Para la mayoría de los cubanos fue un regalo de Dios el poder ver, en vivo y en directo, desde la Iglesia de San Pedro en ciudad Vaticano , la fumata blanca, anunciando que tenemos un nuevo Papa, Francisco-I, primero en muchas cosas: el nombre, la procedencia latinoamericana, jesuita y elegido en el segundo día del cónclave Vaticano.
Tratándose de la Iglesia Católica, de tradición milenaria, continuista y conservadora, los anteriores detalles no bastan para señalar una renovación, pero reflejan la nueva realidad donde Europa ha dejado de ser el ombligo de la cultura occidental, esencialmente cristiana.
Definir al Cardenal Bergoglio y augurar sus pasos futuros es tan controvertido como la historia de la Compañía de Jesús a la cual pertenece o su propia trayectoria dentro de la jerarquía eclesiástica. En Argentina le acusan de posturas complacientes con las dictaduras y a la vez de proteger a perseguidos políticos. Abierto al diálogo, de hábitos pobres en lo personal, sin embargo algunos le critican que se opuso a otros sacerdotes, creadores de la Teología de la liberación.
Es difícil para muchas personas comprender que un Obispo debe mantener su fe y fidelidad al Papa, pero igualmente puede actuar con humanidad ante sus semejantes cuando están perseguidos por un poder que ese Obispo no puede, de facto, eliminar. Así y todo, teníamos al menos un canal de TV para disfrutar directamente del acontecimiento.
Pensaba que Telesur nos ilustraría con información sobre las elecciones papales, el protocolo de estos casos y demás detalles de un acto seguido por cientos de millones de personas en el mundo, sin embargo, la periodista conductora, actuando en un diálogo pre-concebido, se le ocurre llamar a Estados Unidos y conversar largamente con una profesora de ética cristiana y de confesión protestante.
Nada más inoportuno, fuera de la ética y además poco ilustrativo en ese momento. La mujer trató de mantenerse en límites razonables, pero el asunto era superior a sus excelentes modales, porque muchas preguntas implicaban asuntos de fe y concepciones que separan a los cristianos católicos de los protestantes.
En varias ocasiones la entrevistada tuvo que diferir las respuestas y en otras, aunque suavemente, Telesur le sirvió como tribuna para descargar su confesión contraria al catolicismo.
Hay momentos para cada cosa y en tanto esperábamos el feliz acontecimiento, nos contrariamos con tan infeliz conversatorio, extendido injustificadamente durante casi una hora.
Finalmente se anunció Habemus Papam y Francisco pidió humildemente a los miles de presentes en la Plaza de San Pedro una bendición hacia su persona, conciente de los tremendos desafíos que le esperan.
Al parecer, los líderes políticos de la Venezuela actual mantienen una marcada animadversión hacia el catolicismo, aunque repetidamente se confiesan cristianos y creyentes fervorosos. Creo recordar que obispos católicos intercedieron por la vida de Chávez durante la intentona golpista, anticonstitucional y antipatriótica.
Telesur, creación del actual gobierno, ofrece a los cubanos la primera opción de un acceso legal a una cadena de televisión con amplia cobertura internacional. Lamentamos que su pantalla aparezca empañada por prejuicios que, inclusive en algunos casos, han sido superados aquí.
Tratándose de la Iglesia Católica, de tradición milenaria, continuista y conservadora, los anteriores detalles no bastan para señalar una renovación, pero reflejan la nueva realidad donde Europa ha dejado de ser el ombligo de la cultura occidental, esencialmente cristiana.
Definir al Cardenal Bergoglio y augurar sus pasos futuros es tan controvertido como la historia de la Compañía de Jesús a la cual pertenece o su propia trayectoria dentro de la jerarquía eclesiástica. En Argentina le acusan de posturas complacientes con las dictaduras y a la vez de proteger a perseguidos políticos. Abierto al diálogo, de hábitos pobres en lo personal, sin embargo algunos le critican que se opuso a otros sacerdotes, creadores de la Teología de la liberación.
Es difícil para muchas personas comprender que un Obispo debe mantener su fe y fidelidad al Papa, pero igualmente puede actuar con humanidad ante sus semejantes cuando están perseguidos por un poder que ese Obispo no puede, de facto, eliminar. Así y todo, teníamos al menos un canal de TV para disfrutar directamente del acontecimiento.
Pensaba que Telesur nos ilustraría con información sobre las elecciones papales, el protocolo de estos casos y demás detalles de un acto seguido por cientos de millones de personas en el mundo, sin embargo, la periodista conductora, actuando en un diálogo pre-concebido, se le ocurre llamar a Estados Unidos y conversar largamente con una profesora de ética cristiana y de confesión protestante.
Nada más inoportuno, fuera de la ética y además poco ilustrativo en ese momento. La mujer trató de mantenerse en límites razonables, pero el asunto era superior a sus excelentes modales, porque muchas preguntas implicaban asuntos de fe y concepciones que separan a los cristianos católicos de los protestantes.
En varias ocasiones la entrevistada tuvo que diferir las respuestas y en otras, aunque suavemente, Telesur le sirvió como tribuna para descargar su confesión contraria al catolicismo.
Hay momentos para cada cosa y en tanto esperábamos el feliz acontecimiento, nos contrariamos con tan infeliz conversatorio, extendido injustificadamente durante casi una hora.
Finalmente se anunció Habemus Papam y Francisco pidió humildemente a los miles de presentes en la Plaza de San Pedro una bendición hacia su persona, conciente de los tremendos desafíos que le esperan.
Al parecer, los líderes políticos de la Venezuela actual mantienen una marcada animadversión hacia el catolicismo, aunque repetidamente se confiesan cristianos y creyentes fervorosos. Creo recordar que obispos católicos intercedieron por la vida de Chávez durante la intentona golpista, anticonstitucional y antipatriótica.
Telesur, creación del actual gobierno, ofrece a los cubanos la primera opción de un acceso legal a una cadena de televisión con amplia cobertura internacional. Lamentamos que su pantalla aparezca empañada por prejuicios que, inclusive en algunos casos, han sido superados aquí.