Con la victoria electoral de Nicolás Maduro, ¿puede el gobierno cubano respirar tranquilo?
Para el gobierno cubano el subsidio económico de Venezuela que le ha permitido sobrevivir durante los últimos catorce años, entra en una nueva fase con el gobierno de Nicolás Maduro.
La situación política del estado venezolano se tornará difícil y critica para el nuevo gobierno, que logra hacerse del poder por un pequeño margen de votos.
Nicolás Maduro asume el mando de un país polarizado que demostró con su voto el profundo descontento que tiene con el sistema chavista y con sus políticas sociales.
El nuevo presidente no goza de la popularidad del fallecido Hugo Chávez y se verá obligado a negociar con la oposición para mantenerse en el poder.
Las críticas principales que Maduro ha recibido de la campaña opositora están asociadas a las regalías de petróleo que el gobierno de Chávez ha ofrecido durante todos estos años a Cuba.
Por lo que cualquier intento de conciliación, negociación o pacto con la oposición, obligaría a Maduro a replantearse este trato preferencial que el chavismo ofrece al gobierno de La Habana.
A pocas horas de que se informara el resultado de la elección, ya varios dirigentes chavistas, como Diosdado Cabello, admiten que el resultado apretado de la votación les obliga a abrir los ojos ante la realidad y enfrentar una profunda autocritica de sus métodos.
Así que aunque el chavismo ganara otros seis años en el poder y Nicolás Maduro sea identificado por muchos como “el hombre de La Habana”, la correlación de fuerzas en Venezuela y la ausencia de la figura de Hugo Chávez, obligaran al nuevo gobierno a renunciar a muchas de las conductas históricas del chavismo, incluido el monto de crudo entregado a Cuba.
Además, Venezuela enfrenta una seria crisis económica y una depauperación crónica de su industria petrolera, por lo que al nuevo gobierno le resultará imposible mantener los niveles de exportación y de donación de crudo.
Otra razón para que el trato preferencial con La Habana cambie durante el actual gobierno de Nicolás Maduro.
Para el gobierno cubano el subsidio económico de Venezuela que le ha permitido sobrevivir durante los últimos catorce años, entra en una nueva fase con el gobierno de Nicolás Maduro.
La situación política del estado venezolano se tornará difícil y critica para el nuevo gobierno, que logra hacerse del poder por un pequeño margen de votos.
Nicolás Maduro asume el mando de un país polarizado que demostró con su voto el profundo descontento que tiene con el sistema chavista y con sus políticas sociales.
El nuevo presidente no goza de la popularidad del fallecido Hugo Chávez y se verá obligado a negociar con la oposición para mantenerse en el poder.
Las críticas principales que Maduro ha recibido de la campaña opositora están asociadas a las regalías de petróleo que el gobierno de Chávez ha ofrecido durante todos estos años a Cuba.
Por lo que cualquier intento de conciliación, negociación o pacto con la oposición, obligaría a Maduro a replantearse este trato preferencial que el chavismo ofrece al gobierno de La Habana.
A pocas horas de que se informara el resultado de la elección, ya varios dirigentes chavistas, como Diosdado Cabello, admiten que el resultado apretado de la votación les obliga a abrir los ojos ante la realidad y enfrentar una profunda autocritica de sus métodos.
Así que aunque el chavismo ganara otros seis años en el poder y Nicolás Maduro sea identificado por muchos como “el hombre de La Habana”, la correlación de fuerzas en Venezuela y la ausencia de la figura de Hugo Chávez, obligaran al nuevo gobierno a renunciar a muchas de las conductas históricas del chavismo, incluido el monto de crudo entregado a Cuba.
Además, Venezuela enfrenta una seria crisis económica y una depauperación crónica de su industria petrolera, por lo que al nuevo gobierno le resultará imposible mantener los niveles de exportación y de donación de crudo.
Otra razón para que el trato preferencial con La Habana cambie durante el actual gobierno de Nicolás Maduro.