¿Sirvió Cuba alguna vez de sitio de retiro para capos del tráfico de droga internacional?
No, no existe evidencia de que algún connotado narcotraficante resida o sea protegido por las autoridades cubanas.
Cuba fue el paraíso de los movimientos extremistas latinoamericanos en los años 60 y 70.
En esta época se convirtió en la base operativa y de entrenamiento de muchos movimientos o guerrillas marxistas latinoamericanas, de las que luego algunas derivaron en importantes estructuras de narcotraficantes.
Pero no existe constancia de que alguno de estos antiguos guerrilleros devenidos en señores de la droga, hayan mantenido sus bases operativas en Cuba o que residan en la isla con sus millones mal habidos.
Es conocido que en la década del 80 las autoridades cubanas se convirtieron en un importante socio de algunas de las rutas del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.
Pero siempre se trató de un servicio operativo intermediario y no de una participación directa en la producción o venta de las drogas.
El costo público fue tan elevado y grave para el gobierno de Cuba que prefirió tomar distancia de este tipo de operaciones y realizar los conocidos procesos judiciales nombrados causa uno y dos de 1989, en que se determinó la responsabilidad de varios oficiales de la cúpula del ministerio del interior y de las fuerzas armadas en el tráfico de drogas, sancionándoles a largos años de prisión y fusilando a cuatro de ellos, incluidos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia.
Desde entonces Cuba coopera con las agencias federales norteamericanas en la captura y detención de los traficantes de drogas que operen en el área.
Cuba detuvo al conocido capo colombiano de la droga Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, cuando intentaba entrar al territorio nacional cubano con pasaporte falso e intenciones de residir.
Luego de mantenerle por varios años en prisión preventiva, el delincuente fue devuelto a Colombia, de donde fue deportado a los Estados Unidos.
Actualmente existen algunas denuncias sobre la participación de oficiales venezolanos en rutas de narcotráfico hacia los Estados Unidos. En estos casos no existen evidencias de participación cubana o de vínculos de La Habana con esta posible estructura de narcos venezolanos.
Cuba ha preferido mantenerse distante del narcotráfico y no recibe ni siquiera a los narcos en retiro o liberados por la justicia norteamericana.
No, no existe evidencia de que algún connotado narcotraficante resida o sea protegido por las autoridades cubanas.
Cuba fue el paraíso de los movimientos extremistas latinoamericanos en los años 60 y 70.
En esta época se convirtió en la base operativa y de entrenamiento de muchos movimientos o guerrillas marxistas latinoamericanas, de las que luego algunas derivaron en importantes estructuras de narcotraficantes.
Pero no existe constancia de que alguno de estos antiguos guerrilleros devenidos en señores de la droga, hayan mantenido sus bases operativas en Cuba o que residan en la isla con sus millones mal habidos.
Es conocido que en la década del 80 las autoridades cubanas se convirtieron en un importante socio de algunas de las rutas del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.
Pero siempre se trató de un servicio operativo intermediario y no de una participación directa en la producción o venta de las drogas.
El costo público fue tan elevado y grave para el gobierno de Cuba que prefirió tomar distancia de este tipo de operaciones y realizar los conocidos procesos judiciales nombrados causa uno y dos de 1989, en que se determinó la responsabilidad de varios oficiales de la cúpula del ministerio del interior y de las fuerzas armadas en el tráfico de drogas, sancionándoles a largos años de prisión y fusilando a cuatro de ellos, incluidos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia.
Desde entonces Cuba coopera con las agencias federales norteamericanas en la captura y detención de los traficantes de drogas que operen en el área.
Cuba detuvo al conocido capo colombiano de la droga Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, cuando intentaba entrar al territorio nacional cubano con pasaporte falso e intenciones de residir.
Luego de mantenerle por varios años en prisión preventiva, el delincuente fue devuelto a Colombia, de donde fue deportado a los Estados Unidos.
Actualmente existen algunas denuncias sobre la participación de oficiales venezolanos en rutas de narcotráfico hacia los Estados Unidos. En estos casos no existen evidencias de participación cubana o de vínculos de La Habana con esta posible estructura de narcos venezolanos.
Cuba ha preferido mantenerse distante del narcotráfico y no recibe ni siquiera a los narcos en retiro o liberados por la justicia norteamericana.