La primera jornada senatorial del tercer juicio político contra un presidente en la historia de Estados Unidos comenzó a sesionar el martes en el Capitolio en Washington.
Preside el juicio político el Juez Principal de la Corte Suprema de Justicia, John Roberts. De un lado están los demócratas de la Cámara de Representantes, el equivalente a la fiscalía en una corte judicial, y del otro los abogados del presidente Donald Trump.
Los primeros presentan los dos cargos esgrimidos contra Trump: presunto abuso de poder y presunta obstrucción de una investigación de la Cámara. El equipo legal de Trump, que quiere forzar un voto para absolverlo inmediatamente, debe demostrar que los cargos son falsos y que no satisfacen los requisitos constitucionales para destituir a un presidente de Estados Unidos.
El cargo de presunto abuso de poder se basa en que supuestamente Trump intentó valerse de los poderes del Ejecutivo para que su homólogo de Ucrania investigara al hijo del ex vicepresidente Joe Biden, con lo que se beneficiaría en las próximas elecciones de noviembre si Biden termina siendo el candidato demócrata a la Casa Blanca.
En su intervención inicial, el presidente del Senado, el republicano Mitch McConnell, presentó la propuesta de las reglas de procedimiento que deben regir el juicio político.
Pese a haber anticipado que cada parte tendría 24 horas en dos días para presentar sus argumentos, McConnell propuso que sean ocho horas cada día hasta llegar a 24 en tres días, un cambio inesperado que se atribuye a la presión de senadores republicanos “moderados”.
Sin embargo, la propuesta de McConnell no garantiza la entrada de nuevos testigos en las sesiones del Senado, como quieren los demócratas. Se necesitan 51 votos para aprobarla, y 53 de los 100 senadores son republicanos.
En su intervención, poco después del mediodía, el presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, dijo que así como sería injusto no permitirle a un acusado poner a consideración de los jueces todas las pruebas que lo exoneren de un cargo, también es injusto impedirle a un fiscal que presente todas las evidencias incriminatorias.
"¿Por qué este juicio tendría que ser diferente a todos los demás? La respuesta es que no debe ser diferente”, declaró Schiff.
Se rumora que el líder McConnell ya tiene los votos para anular este juicio político, dijo Schiff, y dirigiéndose a los senadores añadió: “Ahora, la mayoría de los estadounidenses creen que no habrá un juicio político justo y que el Presidente será absuelto; […] vamos a demostrarles que están equivocados y que el Presidente puede ser hallado culpable si las pruebas que presenta la Cámara son suficientes”.
Uno de los abogados del Presidente Trump, Pat Cipollone, acusó a Schiff de “elaborar una versión fraudulenta” de las llamadas telefónicas entre el Presidente Trump y el mandatario ucraniano. La información fue filtrada selectivamente, servidores públicos fueron amenazados de que se les acusaría si no colaboraban, y todavía hay evidencia que aún no hemos podido ver, declaró.
“Los argumentos [contra el Presidente] no son solo falsos: son ridículos”, dijo. “Le pedimos [a Schiff] documentos por los que todavía estamos esperando, y aun así viene aquí a aleccionar al Senado. ‘Tenemos evidencia abrumadora para hacerle un juicio político al Presidente de Estados Unidos, dijo Schiff, y luego viene aquí y dice: Necesitamos más evidencia”, insistió el abogado de Trump.
El líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, presentó una enmienda que obligaría judicialmente a la Casa Blanca a entregar todos los documentos relativos al caso. De acuerdo con el jefe de corresponsales de CBS News en la Casa Blanca, Major Garrett, la propuesta tiene “cero” probabilidades de ser aprobada.
Los cuatro senadores que aspiran a la candidatura demócrata en los comicios presidenciales de noviembre, Michael Bennet (Colorado), Amy Klobuchar (Minnesota), Bernie Sanders (Vermont) y Elizabeth Warren (Massachusetts), suspendieron sus respectivos actos de campaña para asistir al juicio político en el Capitolio.
Mientras tanto, el Presidente Trump hablaba en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, donde dijo que gracias a la pujanza económica bajo su gobierno el sueño americano es ahora mayor, mejor y más fuerte que nunca.
En cuanto al tema del calentamiento global, el Presidente anunció que Estados Unidos suscribirá un acuerdo internacional para plantar un billón de árboles, pidió rechazar a los “perennes profetas del apocalipsis” y dijo que “no es tiempo de pesimismo”.