Aparentar ha sido la mejor arma de subsistencia desarrollada contra el modelo dictatorial de los hermanos Castro. Mentir fue una exigencia que siempre les hacía más feliz que la crítica constructiva, profesional, que no fuera a favor de sus caprichos. Así educaron a nuestras generaciones post revolución que ejercieron y perfeccionaron el arte de simular.
La presidenta del CDR de un amigo se mantiene por la remesa familiar enviada desde el norte, después de que sus hijos alcanzaran ese país sobre una balsa, sin embargo ella está dispuesta a delatar a quien defienda un cambio social, no por ideología -de eso no tiene criterio- solo asume el rol que le ha tocado y ejerce el “sálvese quien pueda”, lo importante es sobrevivir. Algún beneficio podrá sacar de dañar a los demás, así se ha demostrado en el más de medio siglo de dictadura, a través de la vigilancia y persecución.
A partir de la década del sesenta, disfrazar lo que se piensa y siente ha sido la teatralización de la especie humana a la cubana. Desde aquellas banderas que se ponían para recibir a los presidentes del campo socialista bajo el sol -soportando la sed y el hambre, sin derecho a abandonar y regresar a su hogar porque serían tildados de enemigos y traidores por el solo hecho de sentir fatiga e intentar volver con su familia- comenzó la amoralidad y la pérdida de valores sociales e individuales.
Muchos de los que abandonaron el país fingieron una postura simpatizante con el régimen hasta el día que emigraron “para no llamar la atención”, dicen; peores aún son los que abandonaron su país, su casa y familia, y hoy dicen que son emigrantes económicos, para no reconocer que la mala administración de Fidel y Raúl Castro son los culpables de sus destinos. El miedo aún les persigue. La amoralidad está en su formación, y aún quieren obtener beneficios, como visitar sin contratiempos el país. Con ese pueblo tenemos que bregar.
Prisión asentamiento de Lawton. Febrero de 2014
(Publicado originalmente ern el blog Los hijos que nadie quiso)
Petición para que Amnistía Internacional declare prisionero de conciencia al disidente cubano Angel Santiesteban
La presidenta del CDR de un amigo se mantiene por la remesa familiar enviada desde el norte, después de que sus hijos alcanzaran ese país sobre una balsa, sin embargo ella está dispuesta a delatar a quien defienda un cambio social, no por ideología -de eso no tiene criterio- solo asume el rol que le ha tocado y ejerce el “sálvese quien pueda”, lo importante es sobrevivir. Algún beneficio podrá sacar de dañar a los demás, así se ha demostrado en el más de medio siglo de dictadura, a través de la vigilancia y persecución.
A partir de la década del sesenta, disfrazar lo que se piensa y siente ha sido la teatralización de la especie humana a la cubana. Desde aquellas banderas que se ponían para recibir a los presidentes del campo socialista bajo el sol -soportando la sed y el hambre, sin derecho a abandonar y regresar a su hogar porque serían tildados de enemigos y traidores por el solo hecho de sentir fatiga e intentar volver con su familia- comenzó la amoralidad y la pérdida de valores sociales e individuales.
Muchos de los que abandonaron el país fingieron una postura simpatizante con el régimen hasta el día que emigraron “para no llamar la atención”, dicen; peores aún son los que abandonaron su país, su casa y familia, y hoy dicen que son emigrantes económicos, para no reconocer que la mala administración de Fidel y Raúl Castro son los culpables de sus destinos. El miedo aún les persigue. La amoralidad está en su formación, y aún quieren obtener beneficios, como visitar sin contratiempos el país. Con ese pueblo tenemos que bregar.
Prisión asentamiento de Lawton. Febrero de 2014
(Publicado originalmente ern el blog Los hijos que nadie quiso)
Petición para que Amnistía Internacional declare prisionero de conciencia al disidente cubano Angel Santiesteban