El jefe no debe dar a los subordinados una orden que no puedan ejecutar. Ellos no la cumplen y la autoridad del comandante se estremece. Sin embargo, esta regla del ejército funciona también en la vida civil: al presidente de Ucrania se le negó un discurso en la cumbre del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay), en referencia a la regla del consenso.
No sé a quién se le ocurrió la idea del discurso. Como especialista, no le aconsejaría que hiciera esto. En primer lugar, era necesario analizar cómo los países mencionados votaron todas las resoluciones de la Asamblea General de la ONU sobre temas ucranianos después de la agresión de Rusia.
Comenzando con la Resolución No. 68/262 del 27 de marzo de 2014 "Sobre la integridad territorial de Ucrania", cuando los cuatro países especificados se abstuvieron. Y finalizando con la resolución de la Asamblea General de la ONU del 7 de abril de este año “Sobre la privación temporal de los derechos de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, que fue apoyada por tres de los cuatro países miembros del Mercosur (excepto Brasil).
no es difícil adivinar que se trata de Brasil
Así, aunque el representante del Estado anfitrión de la cumbre se negó a nombrar el país que impidió el consenso, no es difícil adivinar que se trata de Brasil, lo que también lo confirma el hecho de que, tras conocer la iniciativa de la parte ucraniana de hablar, el presidente de Brasil anunció su posible no participación en la cumbre.
¿Se podría haber previsto? Por supuesto, dada la personalidad del presidente Jair Bolsonaro, la participación de Brasil en la agrupación BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) y las peculiaridades de las relaciones bilaterales ruso-brasileñas, en las que ocupa un lugar significativo la cooperación en el ámbito técnico-militar y la esfera espacial.
A esto hay que sumar el interés de Brasil en los fertilizantes minerales rusos y los beneficiones que recibe Brasil (al igual que Argentina) por las sanciones impuestas a Rusia. Más hay una escabrosidad de contradicciones entre los países miembros del Mercosur, que en este momento no pasa por su mejor momento.
¿Deberíamos presentar alguna queja organizativa sobre los iniciadores de la actuación que no tuvo lugar?
El arte de la diplomacia es convertir cualquier situación a tu favor. Y las matemáticas nos enseñan que un resultado negativo también es un resultado. ¿Deberíamos presentar alguna queja organizativa sobre los iniciadores de la actuación que no tuvo lugar? No. Se deben sacar conclusiones en relación a Brasil, y aquellas que podrían convertirse en una lección para otros países que puedan estar expuestos a la influencia rusa.
En primer lugar, con la ayuda de los aliados, es necesario monitorear cuidadosamente los posibles intentos de Brasil de suministrar a Rusia bienes sancionados (principalmente militares y de doble propósito) y, en caso de detección, buscar su castigo. También vale la pena elaborar una lista de países cuyas empresas tendrán prohibido participar en la reconstrucción de Ucrania. Y analizar con profesionalidad e imparcialidad las causas y consecuencias del fracaso del programa espacial ucraniano-brasileño, que Brasil abandonó -por accidente o no- en 2015, es decir, un año después de la agresión rusa contra Ucrania.
En general, es mejor no cometer errores que cometerlos para luego aprender de ellos y esto se aplica no solo a las relaciones ucraniano-brasileñas.
Este artículo fue publicado originalmente en el sitio digital ucraniano Glavkom.ua y reproducido en Martinoticias.com con autorización del autor. Sergio Borschevsky, es un exdiplomático ucraniano, escritor, traductor, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de Ucrania y Presidente de la Alianza de Traductores de Kyiv.
