SAN JOSÉ, COSTA RICA — Organizaciones sociales lanzaron una alerta por el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, crítico del gobierno de Daniel Ortega y condenado a más de 26 años de cárcel, por encontrarse presuntamente aislado en una celda de máxima seguridad, conocida como El Infiernillo, en Managua.
Edwin Román, sacerdote nicaragüense exiliado en Estados Unidos, dijo a la Voz de América hay "zozobra en todos los católicos" por la condición del obispo, aunque subrayó que aunque esté encarcelado "su silencio está hablando".
"El mismo hecho de tenerlo encarcelado está diciéndonos mucho. Él ha sido muy fiel desde el principio cuando dijo que no iba a dejar su patria y creo que es obediente a sus principios, el no declinar a su postura, y por eso se han ensañado con él y con la misma Iglesia", declaró el sacerdote.
La celda El Infiernillo donde presuntamente se encuentra Álvarez desde hace más de 100 días, es destinada para personas que son castigadas, según testimonios de exreos políticos.
Yader Valdivia, abogado del colectivo de derechos humanos Nicaragua Nunca Más, señala que la detención actual del obispo Álvarez en el el sistema penitenciario y la condición en la se encuentra de castigo, "es el resultado de una serie de violaciones al debido proceso".
Dentro las anomalías, según Valdivia, es que el juicio contra el jerarca católico, estaba programado en una fecha, luego fue adelantado en febrero (2023), pero sin celebrarse la audiencia se le declaró culpable por los delitos que se le imputaron, y se le despojó de la nacionalidad.
Enviado a la cárcel por no irse a EEUU
El obispo Álvarez fue trasladado de su residencia, donde guardaba prisión domiciliar, al Sistema Penitenciario Nacional, conocido como la cárcel modelo de Nicaragua, el 9 de febrero. Su traslado, según dijo Ortega en cadena nacional, se debió a que se negó a ser enviado en avión a Estados Unidos, como ocurrió con 222 presos políticos.
"No sé qué piensa este señor (Álvarez), que frente a una decisión del Estado nicaragüense, él dice que no acata, una resolución de un poder del Estado que lo está mandando a irse del país, por eso está en la cárcel Modelo", dijo Ortega.
Ese discurso, según el sacerdote Edwin Román, apunta a "una contracción" al discurso oficial de Ortega y su esposa Rosario Murillo.
"Hay una contradicción en el discurso que ellos dan. Hablan de paz, amor, cristianismo, pero eso no existe para ellos. Por sus frutos los conoceréis y están a tiempo de arrepentirse, y de dar muestra de arrepentimiento. Ojalá tengan tiempo de convertirse y de dar muestra de su conversión".
Un informe reciente del Departamento de Estado publicado a mediados de mayo sentenció que el gobierno de Nicaragua “intensificó su campaña contra la Iglesia católica”.
Según el informe, aunque la Constitución política de Nicaragua prohíbe la discriminación basada en la religión, “a lo largo del año, el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo ordenaron la detención, exilio y agresiones verbales en contra de sacerdotes y obispos tildándolos de criminales y golpistas”.
La abogada Martha Patricia Molina, citada en dicho informe, dijo a la VOA que el sistema de justicia en Nicaragua responde a lo que orienta la pareja presidencial Ortega-Murillo. "No se apegan al imperio de la ley, no siguen lo establecido por la Constitución Política y las leyes", explicó
A su juicio, el obispo Rolando Álvarez "continúa bajo la figura penal de secuestro porque nunca se le respetaron las garantías del debido proceso establecidas en la Constitución Política de Nicaragua y en las leyes penales del país".
"Él fue sustraído arbitrariamente de su domicilio mientras se encontraba rezando y sin haber cometido delito alguno", lamentó Molina, y agregó a la fecha "a nadie le consta donde se encuentra secuestrado por el secretismo del régimen".
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