Los Círculos Infantiles en Cuba, creados con el propósito de asistir a las madres trabajadoras en el país, cumplieron este mes de abril 62 años de fundados en medio del deterioro de la institución, que ofrece hoy en día un servicio precario.
A propósito de la efemérides, múltiples dirigentes cubanos, entre ellos el gobernante Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marreo Cruz, felicitaron a los “profesionales de la educación que laboran en estos centros”.
Sobre el tema, madres cubanas entrevistadas por Radio Televisión Martí aseguraron que esos centros educativos hoy dejan mucho que desear.
En la ciudad de Camagüey, por ejemplo, hay una disminución sustancial de este servicio para las trabajadoras y la crisis económica afecta seriamente la alimentación de los menores.
Desde esa provincia, Leydis Tabares dijo que “casi nadie está llevando los niños a los círculos por la alimentación que le están dando... Les están dando harina, los círculos que están funcionando", detalló.
Según Tabares, en Camagüey están funcionado "como dos o tres círculos nada más, de tantos que habían”.
Ante el decrecimiento de la disponibilidad de las capacidades en estas guarderías infantiles estatales, el gobierno decidió priorizar a las madres trabajadoras de algunos ministerios.
En Alquízar, en la provincia de Artemisa, Diasniurka Salcedo Verdecia, señaló que los padres que trabajan en el sector de la educación, la salud y los militares son prorizados, en detrimento de otros.
"Es decir, que es muy difícil para las otras personas acceder a los círculos infantiles”, aseguró la activista.
En muchas comunidades rurales ya actualmente no hay las posibilidad de círculos infantiles para las madres trabajadores campesinas. Simplemente, dejaron de existir.
Desde Guaro, comunidad rural en Mayarí, provincia de Holguín, Teresa Miranda Céspedes señaló la ausencia de este servicio social en el territorio.
“Aquí en Guaro no hay círculos infantiles a pesar de que hay tantas obreras. Las mujeres que trabajan en Mayarí se llevan a sus hijos (al trabajo). Oye, esos niños están acostumbrados a viajar tempranito, a pasar trabajo por ahí, por allá”, dijo.
La capital cubana no escapa a la dificultades que sufren hoy en día estas guarderías estatales, y ya hay muchas que han cerrado, mientras que en el caso de las que se mantienen abiertas, la crisis es tal que las trabajadoras les piden colaboración a las madres para que lleven alimentos ante la escasez imperante.
En el municipio habanero de La Lisa, Lucinda González dijo que “las educadoras les piden a los padres que traigan la proteína, porque les dan (a los niños) arroz, chícharos y una ensalada".
"Mi hija estuvo en el Camilo Cienfuegos, y allí les daban desde los tenis, hasta la ropa interior que había que ponerle a los niños. Ahora ni eso, muchas veces no tienen agua para lavarle las manitos a los niños”, explicó González.
En el territorio más occidental de la isla no está funcionando un número importante de estas instituciones, y las madres que tienen recursos económicos acuden a las guarderías privadas, donde el servicio es superior.
En la ciudad de Pinar del Río, Yamilka Abascal, madre de tres niños, destacó que estos centros “están desastrosos, casi la mayoría destruidas, basureros frente a los círculos infantiles, botaderos de agua, a veces no hay almuerzo y te mandan a recoger el niño temprano".
Señaló, además, que muchas trabajadoras pasan dificultad para lograr matricular a sus hijos en los círculos infantiles, donde existe "hasta la corrupción, hay que pagar por la izquierda a los funcionarios para priorizar la solicitud".
Estos centros enfrentan, además, malas condiciones constructivas por la falta de mantenimiento durante años, dijeron los entrevistados.
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