En marzo de 1984 el Pantera Negra William Potts secuestró, enseñando un arma, un vuelo de la aerolínea Piedmont entre Newark, Nueva Jersey, y Miami , y le ordenó al capitán dirigirse a La Habana.
Potts condenó durante el viaje el apartheid en Sudáfrica y la intervención de Estados Unidos en Nicaragua. Pero su ideología revolucionaria no impidió que después del aterrizaje fuera detenido y condenado por piratería a 15 años de cárcel en Cuba.
En noviembre de 2013, casi 30 años después, regresó voluntariamente a Estados Unidos y se entregó a la justicia.
La fiscal del caso pide para él una condena de entre 20 años y cadena perpetua. Pero el aeropirata arrepentido cree que se le debería tener en cuenta el castigo que ya sufrió en Cuba, y con ese propósito ha escrito una carta de cuatro páginas al presidente Barack Obama.
En el manuscrito remitido desde una cárcel en Fort Lauderdale, y publicado por el periodista Tracey Eaton en el blog Along the Malecón, Potts cuenta que en la isla lo mantenían recluido “en una celda oscura e infestada de gusanos, al estilo del Archipiélago Gulag soviético, donde sufrí una feroz golpiza a manos de seis carceleros”
Asegura que también padeció malnutrición y “constante exposición a los elementos”, así como ”episodios recurrentes de disentería y neumonía”
Como indicio de la severidad de sus condiciones carcelarias, agrega que funcionarios del Departamento de Estado lo visitaban en la prisión todos los meses “sólo para ver si todavía estaba vivo”.
En un reportaje sobre el caso, el servicio BBC Mundo refiere que, después de ser puesto en libertad en Cuba y durante los siguientes16 años, William Potts se casó con la cubana Aimée Quesada y se dedicó a la agricultura, sobreviviendo con ingresos de unos 10 dólares mensuales. Las dos hijas del matrimonio emigraron a Estados Unidos.
Potts condenó durante el viaje el apartheid en Sudáfrica y la intervención de Estados Unidos en Nicaragua. Pero su ideología revolucionaria no impidió que después del aterrizaje fuera detenido y condenado por piratería a 15 años de cárcel en Cuba.
En noviembre de 2013, casi 30 años después, regresó voluntariamente a Estados Unidos y se entregó a la justicia.
La fiscal del caso pide para él una condena de entre 20 años y cadena perpetua. Pero el aeropirata arrepentido cree que se le debería tener en cuenta el castigo que ya sufrió en Cuba, y con ese propósito ha escrito una carta de cuatro páginas al presidente Barack Obama.
En el manuscrito remitido desde una cárcel en Fort Lauderdale, y publicado por el periodista Tracey Eaton en el blog Along the Malecón, Potts cuenta que en la isla lo mantenían recluido “en una celda oscura e infestada de gusanos, al estilo del Archipiélago Gulag soviético, donde sufrí una feroz golpiza a manos de seis carceleros”
Asegura que también padeció malnutrición y “constante exposición a los elementos”, así como ”episodios recurrentes de disentería y neumonía”
Como indicio de la severidad de sus condiciones carcelarias, agrega que funcionarios del Departamento de Estado lo visitaban en la prisión todos los meses “sólo para ver si todavía estaba vivo”.
En un reportaje sobre el caso, el servicio BBC Mundo refiere que, después de ser puesto en libertad en Cuba y durante los siguientes16 años, William Potts se casó con la cubana Aimée Quesada y se dedicó a la agricultura, sobreviviendo con ingresos de unos 10 dólares mensuales. Las dos hijas del matrimonio emigraron a Estados Unidos.