Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) recuerda en su cuenta de Twitter que hoy, 11 de septiembre, “Hace 19 años firmamos un compromiso irrenunciable con la democracia, su defensa, principio y valores. Hoy, en aniversario de la Carta Democrática Interamericana, la OEA tiene una ruta clara para actuar contra las dictaduras, violaciones de DDHH y de los derechos de la gente”.
La Carta Democrática Interamericana, una idea nacida al calor de la III Cumbre de las Américas, celebrada en Quebec, Canadá, en el mes de abril del año 2001, surgió a petición de los Jefes de Estado y Gobierno participantes en el encuentro, quienes pidieron a sus respectivos ministros de Relaciones Exteriores redactar en conjunto una carta que reforzase “los instrumentos de la OEA para la defensa activa de la democracia representativa”.
Anteriormente, en 1991, la Resolución 1080 daba a la OEA por vez primera la capacidad de dictar sanciones y asumir las medidas necesarias en los casos de violaciones o quiebras del orden constitucional como golpes de Estado, por ejemplo. Esta “capacidad de sancionar a los Estados Miembros que sufran rupturas institucionales, repetida y ampliada en la Carta Democrática Interamericana, es inédita en el mundo”, según reporta la página oficial de la Organización de Estados Americanos.
La Carta Democrática Interamericana tiene establecido su orden de prioridades en seis capítulos: I) La democracia y el Sistema Interamericano; II) La democracia y los Derechos Humanos; III) Democracia, desarrollo integral y combate a la pobreza; IV) Fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática; V) La democracia y las misiones de observación electoral y VI) Promoción de la cultura democrática.
El 11 de septiembre de 2201, los Jefes de Estado y de Gobierno se hallaban reunidos en Lima, Perú, con el propósito de aprobar la versión definitiva de la Carta Democrática Interamericana, que había sido promovida principalmente por Javier Pérez de Cuéllar, entonces Primer Ministro del gobierno de transición del país andino y después, el presidente electo, Alejandro Toledo, conjuntamente con su Canciller, Diego García-Sayán y su Representante Permanente ante la OEA, Manuel Rodríguez Cuadros, se encargaron de respaldar la ratificación del documento.
Entre los miembros de la delegación norteamericana a la III Cumbre de las Américas ese 11 de septiembre, encontraba Collin Powell, Secretario de Estado de los Estados Unidos de 2001 a 2005 quien, al enterase del atentado a las Torres Gemelas en Manhattan, solicitó invertir el orden de la sesión “para poder volar de inmediato de regreso a su país. Así, se votó primero la aprobación y después los cancilleres pronunciaron sus discursos, empezando por el propio Powell”.
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