El domingo 11 de abril, cuando el mundo cristiano celebró la resurrección de Cristo, se cumplió un año del fusilamiento en Cuba de tres jóvenes de la raza negra a quienes la dictadura de Fidel Castro condenó a morir porque piratearon una lancha de trasbordo en el puerto de La Habana en un fracasado intento por escapar y llegar a Estados Unidos.
Al cumplirse el año del fusilamiento, el Presidente de la Comisión Cubana por los Derechos Humanos y la Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez Santacruz, dijo que ese acto fue un triple asesinato con ropaje judicial.
La madre de uno de los jóvenes fusilados, Ramona Copello Castillo, visitó con un grupo de familiares y amigos la tumba de su hijo el domingo y allí dijo llorando que no se le había dado tiempo para tratar de salvarlo.
El 2 de abril del 2003, ocho hombres y tres mujeres asaltaron la lancha de trasbordo con 50 pasajeros y la desviaron hacia Miami, Florida. Sin embargo, las embarcaciones Guardafronteras del gobierno castrista la interceptaron y capturaron a los 11 autores del secuestro.
Los tres principales responsables fueron fusilados después de un juicio sumarísimo y los restantes ocho fueron condenados a largo encarcelamiento.
Esto dio lugar a protestas en todo el mundo. La Unión Europea, que era el principal socio comercial e inversionista extranjero en Cuba, congeló sus relaciones con La Habana.