La Gendarmería argentina entregó hoy a la Fiscalía un informe pericial que apunta a que el fiscal Alberto Nisman, hallado muerto en 2015 días después de acusar a la entonces presidenta Cristina Fernández de encubrimiento de terroristas, fue asesinado y no se suicidó, confirmaron hoy a Efe fuentes judiciales.
El documento, elaborado por una junta interdisciplinaria compuesta por una veintena de especialistas policiales y peritos, señala que a Nisman, que apareció con un tiro en la cabeza en el baño de su apartamento del barrio porteño de Puerto Madero en enero de 2015, lo mataron dos personas tras golpearlo y drogarlo, según detallaron esta semana medios locales.
En enero de este año, el fiscal Eduardo Taiano, que ya estudia el documento, ordenó a la Gendarmería Nacional poner en marcha una junta de expertos para llegar a una "única conclusión, clara y precisa, con certeza científica" sobre si la muerte, que sigue investigándose más de dos años y medio después, se trató de un homicidio o un suicidio.
"Estamos analizando todo. Analizamos hechos y distintas pericias", añadieron las fuentes, que agregaron que el informe de Gendarmería es un documento más para añadir a la información recopilada para la causa.
Taiano deberá evaluar las conclusiones y en base a las mismas solicitar al juez más pruebas sobre el caso, que actualmente se investiga como "muerte dudosa".
Para realizar el informe, los expertos, entre los que se encuentran peritos contratados por las partes que intervienen en la causa, llevaron a cabo además una recreación del escenario del fallecimiento del fiscal: el baño del apartamento en el que vivía. Hasta ahora, los detalles del documento solo trascendieron a través de diversas publicaciones periodísticas, que señalaron que la junta policial estudió distintas pruebas, como la falta de pólvora en las manos y la ketamina hallada en el cuerpo del fallecido fiscal, antes no descubierta.
Nisman, encargado de la investigación del atentado contra la mutua judía AMIA de Buenos Aires de 1994 -que dejó 85 muertos y sigue impune-, creía que un acuerdo suscrito entre Argentina e Irán en 2013 y que el Gobierno había asegurado serviría para avanzar en el esclarecimiento del ataque, buscaba en verdad encubrir a los sospechosos -entre ellos el expresidente iraní Alí Akbar Rafsanjani- a cambio de impulsar el intercambio comercial.
Sin embargo, esto es algo que la expresidenta siempre ha negado.
Hasta el momento, en la causa por el fallecimiento solo está imputado el colaborador informático de Nisman Diego Lagomarsino, por prestarle el arma que acabó con su vida -que asegura le pidió el propio fiscal para proteger a sus hijas-.
No obstante, aún falta que entreguen su informe los peritos de la defensa del informático Diego Lagomarsino.
[Agencia EFE]