Los generales colombianos Mauricio Zúñiga Campo, jefe de Inteligencia del Ejército, y Jorge Zuluaga López, jefe de la Central de Inteligencia Técnica (Citec), fueron relevados de sus cargos, mientras se investiga el escándalo de escuchas ilegales revelado el lunes por la revista Semana.
La operación coordinada por un capitán, utilizaba como fachada el negocio “Buggly Hacker, que se promocionaba como un lugar de sano esparcimiento, ideal para los amantes de la buena comida y la pasión por la informática”.
El diario El Tiempo de Bogotá informa hoy que en 26 computadoras incautadas hace 13 días por la Fiscalía en Buggly Hacker, quedó el rastro del ‘hackeo’ a sistemas electrónicos, bases de datos y comunicaciones de teléfonos inteligentes que no tenían por qué figurar como ‘blancos’ de la inteligencia militar. En el lugar había cinco personas, entre ellas un sargento que se identificó como José Mejía.
“Todos fueron escuchados en entrevista y liberados horas después por la Fiscalía”, dijo El Tiempo. La información agregó que altas fuentes de la Fiscalía aseguraron que el suboficial sorprendido en el local será llevado ante un juez para imputarle cargos, pero que la investigación apunta a establecer hasta dónde escaló, en la cadena de mando, con la información obtenida ilícitamente.
Los agentes de Inteligencia del Ejército abrieron el negocio el 18 de septiembre del 2012, como fachada de una minicentral electrónica con la misión de espiar a la guerrilla y que terminó desatando un nuevo escándalo por supuestas ‘chuzadas’ ilegales contra blancos como la Fiscalía, la Policía e incluso los negociadores del Gobierno en La Habana, según la revista Semana, que reveló este lunes las supuestas actividades clandestinas de esa unidad.
El presidente José Manuel Santos defendió el martes “el uso legal de la inteligencia” como mecanismo “absolutamente necesario del Estado para defenderse de sus enemigos”, pero ordenó que “se investigue hasta el fondo” lo que llamó un posible “uso ilícito de la Inteligencia”, para establecer si hay “ruedas sueltas dentro del Ejército y a quién le están pasando la información”.
La operación coordinada por un capitán, utilizaba como fachada el negocio “Buggly Hacker, que se promocionaba como un lugar de sano esparcimiento, ideal para los amantes de la buena comida y la pasión por la informática”.
El diario El Tiempo de Bogotá informa hoy que en 26 computadoras incautadas hace 13 días por la Fiscalía en Buggly Hacker, quedó el rastro del ‘hackeo’ a sistemas electrónicos, bases de datos y comunicaciones de teléfonos inteligentes que no tenían por qué figurar como ‘blancos’ de la inteligencia militar. En el lugar había cinco personas, entre ellas un sargento que se identificó como José Mejía.
“Todos fueron escuchados en entrevista y liberados horas después por la Fiscalía”, dijo El Tiempo. La información agregó que altas fuentes de la Fiscalía aseguraron que el suboficial sorprendido en el local será llevado ante un juez para imputarle cargos, pero que la investigación apunta a establecer hasta dónde escaló, en la cadena de mando, con la información obtenida ilícitamente.
Los agentes de Inteligencia del Ejército abrieron el negocio el 18 de septiembre del 2012, como fachada de una minicentral electrónica con la misión de espiar a la guerrilla y que terminó desatando un nuevo escándalo por supuestas ‘chuzadas’ ilegales contra blancos como la Fiscalía, la Policía e incluso los negociadores del Gobierno en La Habana, según la revista Semana, que reveló este lunes las supuestas actividades clandestinas de esa unidad.
El presidente José Manuel Santos defendió el martes “el uso legal de la inteligencia” como mecanismo “absolutamente necesario del Estado para defenderse de sus enemigos”, pero ordenó que “se investigue hasta el fondo” lo que llamó un posible “uso ilícito de la Inteligencia”, para establecer si hay “ruedas sueltas dentro del Ejército y a quién le están pasando la información”.