En uno de los mayores progresos en la lucha contra la leucemia y otras variantes de cáncer en la sangre en muchos años, los investigadores reportan un éxito sin precedente en el empleo de la terapia genética para transformar las células de la sangre de los pacientes en soldados que buscan y destruyen el cáncer.
Unos pocos pacientes con un solo tipo de leucemia recibieron esta terapia experimental hace varios años y algunos siguen todavía libres del cáncer. Ahora, por lo menos seis grupos de investigación han tratado a más de 120 pacientes con muchos tipos de cáncer de sangre y de médula ósea con resultados notables.
"Es motivo de entusiasmo", dijo la doctora Janice Abkowitz, directora de enfermedades sanguíneas en la Universidad de Washington en Seattle y presidenta de la Sociedad Estadounidense de Hematología. "Uno puede tomar una célula de un paciente y transformarla en una célula de ataque".
En un estudio, los cinco adultos y 19 de 22 niños con leucemia linfocítica aguda (ALL en inglés) tratados con esta terapia tuvieron una remisión completa, lo que significa que no se halló ningún rastro de cáncer después del tratamiento, aunque unos pocos han padecido recaídas desde entonces.
Estos eran por lo general enfermos graves sin otras opciones. Algunos habían intentado múltiples trasplantes de médula ósea y hasta diez tipos de quimioterapia u otros tratamientos.
El cáncer estaba tan avanzado en Emily Whitehead, de 8 años, de Philipsburg, Pensilvania, que los médicos pronosticaron que sus órganos principales cesarían de funcionar en días. Fue la primera entre los niños enfermos en recibir la terapia y, casi dos años después, no muestra indicios de cáncer.
Los resultados de otros pacientes con leucemia de mieloma, linfoma y linfocítica crónica (CLL) serán reportados a la conferencia de la sociedad que comienza este sábado en Nueva Orleáns.
Los médicos dicen que el nuevo tratamiento podría ser la primera terapia genética aprobada en Estados Unidos y la primera para el cáncer en el mundo. Solamente una terapia genética es aprobada en Europa, para una enfermedad metabólica poco común.
El tratamiento consiste en la filtración de la sangre del paciente para remover millones de glóbulos blancos llamados células T y modificarlos en el laboratorio para que contengan un gen que ataca el cáncer y devolverlos al paciente en infusiones a lo largo de tres días.
"Esencialmente lo que estamos suministrando es un fármaco viviente", alterando permanentemente las células que se multiplican en el organismo para convertirse en un ejército contra el cáncer, ejemplificó el doctor David Porter, científico de la Universidad de Pensilvania que condujo un estudio.
Varias compañías farmacéuticas y empresas biotecnológicas están desarrollando estas terapias. La Universidad de Pensilvania ha patentado su método y ha dado licencia a Novartis AG, con sede en Suiza. La compañía está construyendo un centro de investigación en Filadelfia y planea una prueba clínica el año próximo que podría conducir a la aprobación federal del tratamiento tan pronto como en 2016.
Hablando con los investigadores "se palpa un sentido de que se está haciendo historia, de que se está haciendo algo único", comentó Hervé Hoppenot, presidente de Novartis Oncology, la división que encabezó el trabajo.
Lee Greenberger, director científico de la Sociedad de Leucemia y Linfoma, coincidió. "Desde nuestro punto de vista, esto luce como un gran progreso", afirmó. "Estamos presenciando respuestas poderosas, y el tiempo dirá cuán duraderas resultarán estas remisiones".
El grupo ha entregado 15 millones de dólares a varios investigadores que estudian este tratamiento. Se anticipa que en el 2013 se habrán diagnosticado en Estados Unidos unos 49.000 casos nuevos de leucemia, 70.000 de linfoma no de Hodgkin y 22.000 de mieloma.
Unos pocos pacientes con un solo tipo de leucemia recibieron esta terapia experimental hace varios años y algunos siguen todavía libres del cáncer. Ahora, por lo menos seis grupos de investigación han tratado a más de 120 pacientes con muchos tipos de cáncer de sangre y de médula ósea con resultados notables.
"Es motivo de entusiasmo", dijo la doctora Janice Abkowitz, directora de enfermedades sanguíneas en la Universidad de Washington en Seattle y presidenta de la Sociedad Estadounidense de Hematología. "Uno puede tomar una célula de un paciente y transformarla en una célula de ataque".
En un estudio, los cinco adultos y 19 de 22 niños con leucemia linfocítica aguda (ALL en inglés) tratados con esta terapia tuvieron una remisión completa, lo que significa que no se halló ningún rastro de cáncer después del tratamiento, aunque unos pocos han padecido recaídas desde entonces.
Estos eran por lo general enfermos graves sin otras opciones. Algunos habían intentado múltiples trasplantes de médula ósea y hasta diez tipos de quimioterapia u otros tratamientos.
El cáncer estaba tan avanzado en Emily Whitehead, de 8 años, de Philipsburg, Pensilvania, que los médicos pronosticaron que sus órganos principales cesarían de funcionar en días. Fue la primera entre los niños enfermos en recibir la terapia y, casi dos años después, no muestra indicios de cáncer.
Los resultados de otros pacientes con leucemia de mieloma, linfoma y linfocítica crónica (CLL) serán reportados a la conferencia de la sociedad que comienza este sábado en Nueva Orleáns.
Los médicos dicen que el nuevo tratamiento podría ser la primera terapia genética aprobada en Estados Unidos y la primera para el cáncer en el mundo. Solamente una terapia genética es aprobada en Europa, para una enfermedad metabólica poco común.
El tratamiento consiste en la filtración de la sangre del paciente para remover millones de glóbulos blancos llamados células T y modificarlos en el laboratorio para que contengan un gen que ataca el cáncer y devolverlos al paciente en infusiones a lo largo de tres días.
"Esencialmente lo que estamos suministrando es un fármaco viviente", alterando permanentemente las células que se multiplican en el organismo para convertirse en un ejército contra el cáncer, ejemplificó el doctor David Porter, científico de la Universidad de Pensilvania que condujo un estudio.
Varias compañías farmacéuticas y empresas biotecnológicas están desarrollando estas terapias. La Universidad de Pensilvania ha patentado su método y ha dado licencia a Novartis AG, con sede en Suiza. La compañía está construyendo un centro de investigación en Filadelfia y planea una prueba clínica el año próximo que podría conducir a la aprobación federal del tratamiento tan pronto como en 2016.
Hablando con los investigadores "se palpa un sentido de que se está haciendo historia, de que se está haciendo algo único", comentó Hervé Hoppenot, presidente de Novartis Oncology, la división que encabezó el trabajo.
Lee Greenberger, director científico de la Sociedad de Leucemia y Linfoma, coincidió. "Desde nuestro punto de vista, esto luce como un gran progreso", afirmó. "Estamos presenciando respuestas poderosas, y el tiempo dirá cuán duraderas resultarán estas remisiones".
El grupo ha entregado 15 millones de dólares a varios investigadores que estudian este tratamiento. Se anticipa que en el 2013 se habrán diagnosticado en Estados Unidos unos 49.000 casos nuevos de leucemia, 70.000 de linfoma no de Hodgkin y 22.000 de mieloma.