Los que antes de beneficiaban del auge económico chino se la están viendo negras y, viceversa, los que se perjudicaban están ahora en mejor situación, según un análisis que publica en su página digital el diario The Wall Street Journal.
El periódico pone de relieve que el crecimiento de la economía China, que en 2007 llegó a la astronómica proporción de 14,2 por ciento, se ha estado desacelerando cada vez más.
Las cifras económicas dadas por el gobierno, señala, se ajustan al pronóstico de que este año el crecimiento será de solo 7,5 por ciento, lo que de confirmarse sería el peor registrado desde 1990. “Algunos economistas –apunta—son incluso más pesimistas”.
El análisis puntualiza que desde fabricantes alemanes hasta exportadores brasileños y de otros países se ven perjudicados con el declive de la segunda economía mundial.
“El enfriamiento es particularmente duro –dice– para los productores de commodities, que fueron los mayores beneficiarios del boom de China. Países como Brasil y Chile han visto cómo los precios de sus mayores exportaciones de materias primas a China se han precipitado, especialmente del mineral de hierro y el cobre”.
La débil demanda china los afecta pero no sería igual, precisa el Journal, con quienes apuestan desde hace años al mercado de consumidores del país más populoso del planeta.
La desaceleración ha hecho que China esté practicando, dice, “un delicado acto de equilibrismo”, y el país espera remodelar su economía “para que dependa menos de la construcción y la industria pesada, y basarse más en el consumo”.
Según el Journal eso está “generando optimismo entre industrias como la automotriz y la de productos alimenticios”, y para alentar el consumo interno “el gobierno ha subido los salarios mínimos para poner más dinero en los bolsillos de los chinos” y trata de estimular el ahorro con mejores tasas de interés.
El diario destaca que un estudio de Standard & Poor's reveló que este año más de 90 de las mayores empresas de China recortarán gastos de capital por primera vez en al menos una década.
También cita una lapidaria frase de Kevin Rudd, primer ministro de Australia, país que vive de la exportación minera: "La verdad es que el boom de recursos de China terminó".
El periódico pone de relieve que el crecimiento de la economía China, que en 2007 llegó a la astronómica proporción de 14,2 por ciento, se ha estado desacelerando cada vez más.
Las cifras económicas dadas por el gobierno, señala, se ajustan al pronóstico de que este año el crecimiento será de solo 7,5 por ciento, lo que de confirmarse sería el peor registrado desde 1990. “Algunos economistas –apunta—son incluso más pesimistas”.
El análisis puntualiza que desde fabricantes alemanes hasta exportadores brasileños y de otros países se ven perjudicados con el declive de la segunda economía mundial.
“El enfriamiento es particularmente duro –dice– para los productores de commodities, que fueron los mayores beneficiarios del boom de China. Países como Brasil y Chile han visto cómo los precios de sus mayores exportaciones de materias primas a China se han precipitado, especialmente del mineral de hierro y el cobre”.
La débil demanda china los afecta pero no sería igual, precisa el Journal, con quienes apuestan desde hace años al mercado de consumidores del país más populoso del planeta.
La desaceleración ha hecho que China esté practicando, dice, “un delicado acto de equilibrismo”, y el país espera remodelar su economía “para que dependa menos de la construcción y la industria pesada, y basarse más en el consumo”.
Según el Journal eso está “generando optimismo entre industrias como la automotriz y la de productos alimenticios”, y para alentar el consumo interno “el gobierno ha subido los salarios mínimos para poner más dinero en los bolsillos de los chinos” y trata de estimular el ahorro con mejores tasas de interés.
El diario destaca que un estudio de Standard & Poor's reveló que este año más de 90 de las mayores empresas de China recortarán gastos de capital por primera vez en al menos una década.
También cita una lapidaria frase de Kevin Rudd, primer ministro de Australia, país que vive de la exportación minera: "La verdad es que el boom de recursos de China terminó".