Hoy se cumplen 60 años de una importante protesta de estudiantes de la Universidad de La Habana contra la presencia en Cuba de Anastas Mikoyan (1895- 1978), entonces vice primer ministro de la extinta Unión Soviética.
Como parte de la visita la delegación soviética colocó una ofrenda en el monumento de José Martí en el Parque Central y luego acudió, a pocas cuadras del parque, a la inauguración de la Exposición Soviética de Ciencia, Técnica y Cultura, en el Palacio de Bellas Artes.
Los jóvenes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) también acudieron al céntrico parque habanero con una corona de flores que rezaba: “A ti querido Apóstol en desagravio por la visita a Cuba de Anastas Mikoyan”.
La protesta pacífica se fundamentaba en el rechazo al funcionario que ordenó la ofensiva de tanques soviéticos que aplastó el levantamiento libertario en Budapest, Hungría en 1956.
Los estudiantes se manifestaron con carteles "Fidel salvó a Cuba, Mikoyan la quiere hundir", o "Viva Fidel y Abajo el imperialismo ruso”.
Entre los organizadores del acto estaban Juan Manuel Salvat, secretario de la facultad de Ciencias Sociales de la FEU; Joaquín Pérez Rodríguez, secretario de la facultad de Agricultura de la FEU; Antonio García Crews, dirigente de la Agrupación Católica Universitaria; Jorge Garrido, estudiante de Derecho y Alberto Muller, secretario de Cultura de la FEU en la Escuela de Derecho.
La versión actual de los hechos ofrecida por la prensa oficial sobre la manifestación de los líderes estudiantiles asegura que “el reducido grupo de individuos irrumpió en el Parque Central, portando carteles contrarrevolucionarios y un cojín de flores. Cuando el grupo intentó llegar hasta la estatua de Martí para romper la corona depositada por Anastas Mikoyan, el pueblo se abalanzó sobre los provocadores, frustrando sus propósitos”.
La prensa mundial y la prensa nacional que todavía circulaba en Cuba, se hicieron eco inmediatamente de la represión contra los estudiantes y del amplio operativo policial con sirenas y disparos que terminó en una veintena de detenidos.
Entre los arrestados estaba el fotógrafo de la prestigiosa revista Life, Andrew St. George, quien logró sacar de Cuba y publicar las imágenes de la protesta que dieron la vuelta al mundo.
Entre ellas la del policía disparando al aire para dispersar la manifestación.