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Cuba contrataría más centrales flotantes turcas como solución a la crisis energética


Las centrales eléctricas flotantes de Karadeniz Holding, de Turquía, están operando frente a las costas de Cuba con una capacidad de alrededor de 250 megavatios.
Las centrales eléctricas flotantes de Karadeniz Holding, de Turquía, están operando frente a las costas de Cuba con una capacidad de alrededor de 250 megavatios.

Cuba, sumida en una crisis energética que ha provocado frecuentes apagones, está negociando con una empresa turca para duplicar los megavatios que produce actualmente el país a partir de centrales eléctricas flotantes, según dos personas con conocimiento en las discusiones.

Funcionarios cubanos están en conversaciones con Karpowership, uno de los operadores más grandes del mundo de centrales eléctricas flotantes y parte de Karadeniz Holding, con sede en Turquía, dijeron las fuentes. La empresa tiene ya cinco barcos operando frente a las costas de Cuba con una capacidad de alrededor de 250 megavatios (MW).

El país caribeño necesita generar más de 3.000 MW para satisfacer la demanda mínima y actualmente produce entre 2.000 y 2.500 MW.

Ni la Unión Eléctrica de Cuba, ni Karpowership respondieron a solicitudes de comentarios sobre el tema.

Las fuentes, que pidieron no ser identificadas debido a lo delicado de las negociaciones, dijeron que las conversaciones se enfocaron en cómo asegurar los pagos de arrendamiento desde Cuba.


"El embargo (comercial de Estados Unidos) hace que las transacciones financieras occidentales sean muy difíciles. Cuba tiene escasez de efectivo y está atrasada en los pagos con muchos proveedores y socios de empresas conjuntas", dijo una de las fuentes.

Expertos sostienen que la compañía turca necesitaría aumentar su flota frente a Cuba para producir la cantidad de energía requerida. Las motonaves llevan su propio generador alimentado por petróleo o gas, anclan cerca de la tierra y se conectan a la red eléctrica local.

El acuerdo, si avanza, proporcionaría un rápido y muy necesario alivio para el asediado gobierno cubano debido a que los cortes de energía se han extendido por toda la isla y son cada vez más duraderos.

La crisis energética, con apagones en bloques de cuatro a seis horas, dos veces al día o más horas en la mayor parte del país, es quizás el síntoma más doloroso de una profunda crisis financiera empeorada por factores externos como las sanciones de Washington, la pandemia de COVID-19 y la mala gestión económica.

Los cubanos también sufren escasez de alimentos, medicinas y combustibles, y deben hacer largas filas para obtener lo básico.

Se han producido pequeñas protestas dispersas este verano mientras las autoridades estadounidenses reportaron un récord de cerca de 178 mil cubanos en la frontera entre Estados Unidos y México desde octubre.


Las centrales eléctricas en Cuba están obsoletas, con una edad promedio de 35 años, y un sistema de respaldo de cientos de generadores más pequeños de al menos 15 años. Solo el 5% de la energía proviene de fuentes alternativas.


El Gobierno culpa a la falta de fondos su incapacidad para actualizar su red eléctrica y dice que las averías y la escasez de combustible son la causa principal de los apagones.

El ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, dijo la semana pasada que el país espera casi eliminar los apagones para fin del año, en parte agregando "531 megavatios a la capacidad de generación a través de nuevas inversiones", una cifra reducida a 450 MW por el presidente Miguel Díaz-Canel días atrás.

Omar Ramírez Mendoza, subdirector de la Unión Eléctrica, dijo en la TV estatal que "240 MW de generación móvil, también con la participación de la inversión extranjera, deben estar disponibles antes de que cierre el año".

El resto de la nueva capacidad provendría de la mejoría de las instalaciones existentes con la ayuda de socios extranjeros en la región del níquel, en Moa, en el este de Cuba y en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, al oeste de La Habana, dijo Ramírez.

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