El pasado año, y me refiero al 2016, el gobierno cubano logró esquivar importantes obstáculos, con relación al ingreso de divisas y el suministro de combustible; pero hoy, todavía en cabañuelas, los dirigentes advierten una peligrosa tendencia hacia el incremento en el consumo y una seria disminución en la generación de energía, que les obliga a tomar drásticas medidas de ahorro.
La situación es compleja, Cuba atraviesa un nuevo período de limitaciones financieras porque, entre otras cosas, andan por el piso el precio del níquel, azúcar y otros rubros exportables.
En turismo, por ejemplo, el número de visitantes creció, más de 4 millones de turistas pasaron por la isla; cifra récord. Pero, pese al significativo aumento, sumando este sector al resto de los servicios exportables, el país sufrió un tremendo bajón en el saldo neto de ingreso con respecto al 2015.
“Producto de este caluroso invierno, los metrocontadores están registrando un inusual sobregiro, para esta época, en el sector residencial, entidades del gobierno y organismos del Estado. Esto, junto a la falta de dinero, la alarmante reducción del suministro de petróleo, la salida de servicio de una unidad de la termoeléctrica Felton en Holguín, la entrada en mantenimiento de la Antonio Guiteras de Matanzas y la Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos, nos acerca al límite y nos obliga a hacer un llamado urgente al ahorro y a cooperar en el uso racional de la energía hasta ver si las cosas mejoran, para evitar, como último recurso, las interrupciones del servicio eléctrico en zona residencial”, asegura una especialista del programa Uso Racional de la Energía (URE).
¿Hasta ver si las cosas mejoran?
La esperanza cubana, en genérico, se centra en un repuntar de los precios del crudo y la cooperación internacional. Según la revista Forbes, “una recuperación en los precios del petróleo podría empezar más pronto que tarde, incluso con un superávit global de suministros de crudo que perduraría hasta bien entrado el 2017”. Esto beneficiaría la situación actual y podría aumentar el suministro petrolero a la isla; pero es difícil regresar al desmesurado precio de 100 dólares por barril.
La funcionaria argumenta que aun cuando ya la Unión Eléctrica se encuentra en “fase de apagón”, el gobierno trata, por todos los medios, de no llegar a los cortes de luz; pero dos gerentes de la red comercial del estado, uno de Habaguanex en La Habana y otro de Almacenes Universales en Holguín, aseguran que como “precaución temprana” ya han ordenado retirar del mercado equipos electrodomésticos de alto consumo. Como medida adicional, y esto no es nuevo, solo que esta vez está fuera de temporada, también deben apagar la climatización de sus establecimientos en el horario pico, de 11am a 2pm. Esta medida incluye a los hospitales, con la excepción de salón de operaciones y salas de cuidados intensivos.
¿Qué pasa con los nuevos “parques eólicos”?
“El ahorro es imprescindible, los cuatro parques eólicos instalados con la participación de la empresa española Gamesa están ubicados entre la isla de la juventud y la zona nororiental del país, más otros tres parques que faltan, conseguirán aumentar la capacidad de generación hasta en setecientos cincuenta MegaWatt; pero todavía no están generando a plena capacidad y, por ahora, solo sirven para evitar la emisión de gases de efecto invernadero y demostrar la voluntad política que tiene el país en desarrollar el crecimiento cubano en el campo deenergías renovables”, concluye la trabajadora de URE que, dicho sea de paso, es una de las encargadas de controlar sistemáticamente el comportamiento de los indicadores de consumo eléctrico en todo el país.
Y así empieza Enero…con el mismo bolero.
