Familias divididas y enfrentadas bajo un mismo techo es parte del drama nacional que se acrecienta en la medida en que los cubanos se disponen a despedir al fallecido exgobernante Fidel Castro.
El hombre que decidió prácticamente desde lo que comían, vestían y calzaban los cubanos hasta lo que estudiaban o dónde lo hacían, deja a la isla polarizada en un contexto donde le sobreviven varias generaciones con posturas forjadas o impuestas en sus 49 años ininterrumpidos en el poder.
En Cuba hoy conviven los que lo adoran como el líder revolucionario, los que lo odian y catalogan de tirano y a los que les resulta indiferente.
Jóvenes que conversaron el lunes con Martí Noticias narraron sus experiencias tras la noticia de la muerte de Castro el pasado viernes.
“He sido testigo de eso (…) la ruptura generacional en Cuba existe, eso no es ninguna falacia, ningún cuento, realmente existe. Mi abuela y yo no pensábamos igual, ni mi padre y yo tampoco pensamos igual”, dijo a Martí Noticias Félix Llerena, estudiante universitario y disidente de 20 años.
Llerena contó que tras escuchar la noticia su tío, de unos 60 años, expresó tristeza por la muerte “del comandante” y él en cambio le preguntó que si no tenía pensado “festejar”.
“No le deseo la muerte a Fidel ni a nadie pero me hubiera gustado que él (Fidel Castro) se hubiera arrepentido y le hubiera pedido perdón al pueblo por tanto dolor y por tantas cosas malas que hizo, y tanta división de familias. Pero se fue sin pedir perdón, se fue siendo la misma persona que durante 60 años fue”, dijo Llerena.
El gobierno ordenó duelo nacional y fueron prohibidas las festividades y la venta de bebidas alcohólicas.
Disidentes han sido conminados a mantenerse en sus casas, mientras los simpatizantes firman hasta el martes su compromiso de respaldar el ideario del fallecido exgobernante cubano.
Por estos días padres e hijos se enfrentan en los hogares acerca del polémico legado de Castro.
La Cuba polarizada
Wilhner Ballester, un opositor holguinero, explicó la situación que ha estado viviendo durante las últimas 48 horas.
“Convivo con mi padrastro que es militante del partido y delegado del poder popular en este barrio, mi mamá está entre la espada y la pared. Mi mamá dice que está nerviosa, que se va de la casa porque ella no comparte mis ideales”, explicó Ballester, de 40 años.
En conversaciones con sus amigos, Ballester, -que vive y hace oposición en Sagua de Tánamo-, suele decir: “Mi primer y gran enemigo es mi padrastro (…) Mi padrastro me tiene odio", confesó.
Sociólogos describen a los que nacieron durante o después de la década de 1990 como “los desconectados”. La mayoría nació en medio de la crisis económica y los apagones.
Muchos vieron incluso cómo sus padres profesionales no podían cubrir las necesidades básicas de la familia por los bajos salarios y la falta de oportunidades.
Emigrar para escapar del destino que sus padres han debido aceptar es la única esperanza de muchos de ellos.
“La muerte de Fidel polariza mucho más a la sociedad cubana. Hay muchas personas que están ciegas, no están conscientes de la realidad de Cuba, dicen que Fidel es un Dios Todopoderoso, que gracias a Fidel hay una revolución próspera. Sin embargo, es todo lo contrario, aquí lo que hay es una dictadura que cada día va más para atrás”, expresó Ballester.
Llerena lamentó que muchos sigan la pauta que ha planteado el Gobierno como parte del funeral de Castro. Hasta el martes los cubanos deberán firmar su compromiso con el concepto de revolución esbozado por Fidel Castro en el año 2000.
“Están realmente preocupados (los gobernantes) por la nueva generación", consideró Llerena.
Como muchos de su generación, este joven no alcanzó a ver los largos discursos y excesivas apariciones en televisión de Fidel Castro, pero el exgobernante cubano ha sido, no obstante, una constante en la vida de todos.
“Desde que eres niño Fidel es todo, Fidel es Dios, Fidel es tu papá, como me decían a mi cuando chiquito, Fidel es tu papá. Ahora sin Fidel vamos a ver cómo esto evoluciona", concluyó.