¿Se está abriendo la organización de beisbol de Cuba al deporte profesional?, ¿permitirá que sus peloteros jueguen con equipos profesionales?
Sí, definitivamente la organización cubana de beisbol tiene que ceder en sus posiciones y contemplar la posibilidad de que sus atletas participen en circuitos profesionales a nivel mundial.
No le queda otra opción si pretenden salvar el deporte nacional y mantener los niveles competitivos de épocas anteriores.
Los tiempos han cambiado para el control oficial del gobierno cubano sobre sus atletas, ya no pueden ejercer las presiones de años anteriores para evitar que los mismos piensen en su futuro individual, como persona y como deportista.
El equipo nacional de beisbol cubano ha pasado de ser “la joya de la corona” a convertirse en un colectivo de segunda línea, que prefiere evitar los topes y torneos internacionales, para contrarrestar las deserciones de sus miembros.
Los peloteros cubanos tienen acceso a la información mundial y conocen de los éxitos y triunfos de peloteros como Contreras, Orlando Hernández, Liván Hernández y muchos otros que prefirieron probar suerte en las ligas profesionales.
A ello se le debe sumar la mala situación por la que atraviesa el deporte nacional cubano, que no cuenta con los fondos y el respaldo de antaño para garantizar una carrera y un retiro decoroso a los atletas.
Por eso se puede asegurar que esta disponibilidad para abrir un espacio participativo en ligas profesionales, no se trata de un cambio de conceptos e ideología del régimen cubano con respecto al deporte profesional, se trata de una necesidad, un paso imprescindible para poder subsistir como deporte.
Las autoridades cubanas de beisbol han comenzado a negociar con ligas profesionales locales, dentro del Caribe, en lo que marca una primera intención de apertura. Un movimiento inicial que les debe llevar a autorizar la participación de atletas nacionales en circuitos deportivos de este tipo.
Un camino hacia la tolerancia del profesionalismo, pero que dista mucho de cualquier participación de atletas cubanos en las ligas profesionales de los Estados Unidos, autorizada o controlada por el estado cubano.
Hasta el momento Cuba solo había permitido la participación de atletas jubilados en circuitos profesionales tanto en Japón como en países de Centroamérica y el Caribe.
Pero la nueva posición oficial parece adelanta la participación de atletas en pleno rendimiento en este tipo de competencias profesionales.
Antes de perderlos, prefieren controlar el paso de los atletas por el profesionalismo y dividir con ellos las ganancias que obtengan.
Sí, definitivamente la organización cubana de beisbol tiene que ceder en sus posiciones y contemplar la posibilidad de que sus atletas participen en circuitos profesionales a nivel mundial.
No le queda otra opción si pretenden salvar el deporte nacional y mantener los niveles competitivos de épocas anteriores.
Los tiempos han cambiado para el control oficial del gobierno cubano sobre sus atletas, ya no pueden ejercer las presiones de años anteriores para evitar que los mismos piensen en su futuro individual, como persona y como deportista.
El equipo nacional de beisbol cubano ha pasado de ser “la joya de la corona” a convertirse en un colectivo de segunda línea, que prefiere evitar los topes y torneos internacionales, para contrarrestar las deserciones de sus miembros.
Los peloteros cubanos tienen acceso a la información mundial y conocen de los éxitos y triunfos de peloteros como Contreras, Orlando Hernández, Liván Hernández y muchos otros que prefirieron probar suerte en las ligas profesionales.
A ello se le debe sumar la mala situación por la que atraviesa el deporte nacional cubano, que no cuenta con los fondos y el respaldo de antaño para garantizar una carrera y un retiro decoroso a los atletas.
Por eso se puede asegurar que esta disponibilidad para abrir un espacio participativo en ligas profesionales, no se trata de un cambio de conceptos e ideología del régimen cubano con respecto al deporte profesional, se trata de una necesidad, un paso imprescindible para poder subsistir como deporte.
Las autoridades cubanas de beisbol han comenzado a negociar con ligas profesionales locales, dentro del Caribe, en lo que marca una primera intención de apertura. Un movimiento inicial que les debe llevar a autorizar la participación de atletas nacionales en circuitos deportivos de este tipo.
Un camino hacia la tolerancia del profesionalismo, pero que dista mucho de cualquier participación de atletas cubanos en las ligas profesionales de los Estados Unidos, autorizada o controlada por el estado cubano.
Hasta el momento Cuba solo había permitido la participación de atletas jubilados en circuitos profesionales tanto en Japón como en países de Centroamérica y el Caribe.
Pero la nueva posición oficial parece adelanta la participación de atletas en pleno rendimiento en este tipo de competencias profesionales.
Antes de perderlos, prefieren controlar el paso de los atletas por el profesionalismo y dividir con ellos las ganancias que obtengan.