¿Qué persigue el gobierno de Raúl Castro con este cambio en el ministerio de comunicaciones?
Como parte de su proyecto de actualización económica del país, el gobierno de Raúl Castro pretende lograr una restructuración del aparato estatal cubano, en aras de lograr un mayor rentabilidad pero sin perder el control centralizado del gobierno sobre los medios principales de producción.
Un experimento que para muchos especialistas resulta inútil e imposible.
Así es que ha procedido a cambiar la denominación, misión y funciones del hasta ahora ministerio de informática y comunicaciones, que pasará a llamarse ministerio de comunicaciones.
La intención es que el nuevo ministerio no se ocupe de las gestiones empresariales y sólo se encargue de las estatales, quitándole de sus responsabilidades lo que el propio gobierno califica como una mezcla de funciones que entorpecían su trabajo.
En una nueva política de independencia relativa en la gestión comercial, el gobierno ha creado dos nuevas estructuras:
- el grupo empresarial correos de Cuba y
- el grupo empresarial de informática y comunicaciones.
Se trata de dos organizaciones con libertad de acción relativa, puesto que permanecen subordinadas y controladas por el ministerio de comunicaciones que sigue ejerciendo como sistema rector de sus actividades.
Esas entidades agruparán a todas las empresas de correos, radiocomunicaciones, informática, aseguramiento y servicios del sector, que ahora mismo controla el estado cubano.
El nuevo decreto aprobó también el traspaso de la universidad de ciencias informáticas al ministerio de educación superior y el traslado de la industria electrónica al recién creado ministerio de industrias.
La medida implica además la eliminación de las delegaciones territoriales del organismo y la creación de oficinas de control del ministerio de comunicaciones, las cuales asumirán las funciones de administración y supervisión en los territorios.
Se prevé una disminución de las plantillas y empleados del organismo, así como un mayor ahorro de recursos en beneficio de la economía del país.
La estructura de grupos subordinados al consejo de ministros forma parte de la estrategia de gestión administrativa impulsada por Raúl Castro en los últimos tiempos, cuyo gobierno ha emprendido una serie de cambios en la estructura de sus ministerios e instituciones.
En febrero pasado se subordinó el instituto de aeronáutica civil al ministerio de transporte, y anteriormente se sustituyó el ministerio del azúcar por el grupo empresarial estatal Azcuba.
El pasado noviembre también se dispuso la creación de dos órganos permanentes para dirigir el sistema empresarial cubano e impulsar las transformaciones emprendidas en las estructuras gubernamentales del país.
Un intento de hacer más con lo que ya se tiene, pero sin reconocer que lo que se tiene no funciona y que se sigue empujando un enorme monstruo inoperante.
Como parte de su proyecto de actualización económica del país, el gobierno de Raúl Castro pretende lograr una restructuración del aparato estatal cubano, en aras de lograr un mayor rentabilidad pero sin perder el control centralizado del gobierno sobre los medios principales de producción.
Un experimento que para muchos especialistas resulta inútil e imposible.
Así es que ha procedido a cambiar la denominación, misión y funciones del hasta ahora ministerio de informática y comunicaciones, que pasará a llamarse ministerio de comunicaciones.
La intención es que el nuevo ministerio no se ocupe de las gestiones empresariales y sólo se encargue de las estatales, quitándole de sus responsabilidades lo que el propio gobierno califica como una mezcla de funciones que entorpecían su trabajo.
En una nueva política de independencia relativa en la gestión comercial, el gobierno ha creado dos nuevas estructuras:
- el grupo empresarial correos de Cuba y
- el grupo empresarial de informática y comunicaciones.
Se trata de dos organizaciones con libertad de acción relativa, puesto que permanecen subordinadas y controladas por el ministerio de comunicaciones que sigue ejerciendo como sistema rector de sus actividades.
Esas entidades agruparán a todas las empresas de correos, radiocomunicaciones, informática, aseguramiento y servicios del sector, que ahora mismo controla el estado cubano.
El nuevo decreto aprobó también el traspaso de la universidad de ciencias informáticas al ministerio de educación superior y el traslado de la industria electrónica al recién creado ministerio de industrias.
La medida implica además la eliminación de las delegaciones territoriales del organismo y la creación de oficinas de control del ministerio de comunicaciones, las cuales asumirán las funciones de administración y supervisión en los territorios.
Se prevé una disminución de las plantillas y empleados del organismo, así como un mayor ahorro de recursos en beneficio de la economía del país.
La estructura de grupos subordinados al consejo de ministros forma parte de la estrategia de gestión administrativa impulsada por Raúl Castro en los últimos tiempos, cuyo gobierno ha emprendido una serie de cambios en la estructura de sus ministerios e instituciones.
En febrero pasado se subordinó el instituto de aeronáutica civil al ministerio de transporte, y anteriormente se sustituyó el ministerio del azúcar por el grupo empresarial estatal Azcuba.
El pasado noviembre también se dispuso la creación de dos órganos permanentes para dirigir el sistema empresarial cubano e impulsar las transformaciones emprendidas en las estructuras gubernamentales del país.
Un intento de hacer más con lo que ya se tiene, pero sin reconocer que lo que se tiene no funciona y que se sigue empujando un enorme monstruo inoperante.