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¿Cómo es el nuevo sistema de autorización para que los particulares puedan comprar autos en el mercado estatal?


¿Cómo es el nuevo sistema de cartas de autorización implantado por el gobierno para que los particulares puedan comprar autos en el mercado estatal?

El sistema de cartas de autorización es un método que lleva más de 30 años funcionando en Cuba. Ahora se nota más su existencia porque ha aumentado el volumen de autorizaciones mediante este tipo de formalidad.

El sistema de cartas de autorización está ligado fundamentalmente al permiso estatal para comprar vehículos en dólares a los especialistas que hayan participado en misiones en el exterior o a personas que hayan obtenido ingresos en dólares por contratos de trabajo, herencias, donaciones, o deportistas de alto rendimiento, o artísticas con presentaciones en otros países.

De todo este grupo los casos más comunes y habituales son los de los especialistas que regresan de misiones, los atletas y los artistas.

En e caso de las personas que regresan de misiones o colaboraciones en el exterior la carta de autorización siempre les será otorgada al cumplirse los dos años de su misión en el exterior y preferiblemente al terminar la misma.

La carta de autorizó de compra además precisa el monto máximo que podrá gastar el comprador y el nivel de vehículos que podrá adquirir.

El mercado fundamental para este tipo de cartas es el de autos usados y vendidos en dólares por el mercado estatal. Muy pocos casos son autorizados a adquirir vehículos nuevos o “cero kilómetros” como popularmente se conocen en Cuba.

A partir de los ingresos declarados como sueldos o ganancias por el comprador, el gobierno calcula cuál será el monto de que deberá disponer y en base a ello le asigna el nivel y rango al comprador.

En muchos casos el rango asignado está por debajo de las posibilidades reales del comprador, pero en la mayoría de los casos está por arriba de los ingresos con que realmente cuenta la persona.

Los vehículos que pueden ser comprados se encuentran sobrevaluados y no existe posibilidad de que el comprador regateé el precio de venta.

El estado es el único vendedor y al no tener competencia puede fijar los precios a su antojo.

Además, es tal la carencia de vehículos en el mercado nacional que si alguna vez se libera completamente la venta de vehículos a particulares, los precios ascenderían mucho más y nunca bajarían.
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