¿Es cierto que Cuba aprobó una ley que prohíbe el reggaetón?
El presidente del instituto nacional de la música, (un órgano oficial, que forma parte de la infraestructura del estado), ha anunciado que se prepara una legislación que regule el uso público de la música Y que prohíba la difusión en los medios de prensa, las programaciones recreativas, las fiestas populares, y la ambientación sonora de lugares públicos de productos musicales que sean clasificados como banales, chapuceros y grotescos.
El funcionario insiste en que la entidad que representa y sus diferentes dependencias o instituciones están adoptando estas medidas contra aquellos productos musicales que “mellan la riqueza de la música cubana”.
También fue específico en advertir que no hablaba únicamente del género del reggaetón, pues existen expresiones vulgares, banales y mediocres en otros géneros y ritmos, pero luego afirmó que es en el reggaetón donde este fenómeno de la vulgarización se manifiesta de forma más notoria.
Así que si bien anuncian un nuevo cuerpo legal contra todo ritmo que emplee banalidades, vulgaridades o cualquier otra de estas clasificaciones, parece evidente que la atención principal está dirigida contra el fenómeno de moda en la música popular cubana: los “reggaetoneros”.
No se puede decir que los estén prohibiendo, porque en algún momento de su comparecencia el funcionario advierte que en sus casas, cada persona puede escuchar la música que quiera, pero que en público no.
Más bien lo que hacen es censurar el reggaetón.
El presidente del instituto nacional de la música, (un órgano oficial, que forma parte de la infraestructura del estado), ha anunciado que se prepara una legislación que regule el uso público de la música Y que prohíba la difusión en los medios de prensa, las programaciones recreativas, las fiestas populares, y la ambientación sonora de lugares públicos de productos musicales que sean clasificados como banales, chapuceros y grotescos.
El funcionario insiste en que la entidad que representa y sus diferentes dependencias o instituciones están adoptando estas medidas contra aquellos productos musicales que “mellan la riqueza de la música cubana”.
También fue específico en advertir que no hablaba únicamente del género del reggaetón, pues existen expresiones vulgares, banales y mediocres en otros géneros y ritmos, pero luego afirmó que es en el reggaetón donde este fenómeno de la vulgarización se manifiesta de forma más notoria.
Así que si bien anuncian un nuevo cuerpo legal contra todo ritmo que emplee banalidades, vulgaridades o cualquier otra de estas clasificaciones, parece evidente que la atención principal está dirigida contra el fenómeno de moda en la música popular cubana: los “reggaetoneros”.
No se puede decir que los estén prohibiendo, porque en algún momento de su comparecencia el funcionario advierte que en sus casas, cada persona puede escuchar la música que quiera, pero que en público no.
Más bien lo que hacen es censurar el reggaetón.