La Habana anunció el miércoles que implementará nuevas medidas para simplificar los vínculos entre productores y consumidores y que permitirá de manera experimental que los campesinos vendan directamente sus productos en los mercados, según divulgó la Gaceta Oficial de Cuba.
Los agricultores entrarán al mercado con sus propios medios y comerciarán a su antojo, tras cumplir sus compromisos contractuales con el Estado, explicó hoy el diario oficial Granma.
Una vez más se trata de un ensayo para las provincias Artemisa, Mayabeque y La Habana que busca “ampliar opciones y flexibilizar mecanismos que poco a poco deberán irse ajustando a la realidad nuestra de cada día”.
Los gobiernos locales organizarán así una red de mercados minoristas gestionados por entidades estatales, por cooperativas o trabajadores por cuenta propia, con un espectro de precios fijos para el arroz, frijoles y papas, y el resto sujeto a oferta y demanda.
Además estará la opción de los "puntos de venta" a precios de oferta y demanda, y la de los comerciantes ambulantes o "carretilleros".
El campesino independiente, Ramón Miguel Ramírez, residente en Buenaventura, Holguín, considera que de aplicarse, podría ser una buena medida que daría libertad a los vendedores y dejaría en paz a los carretilleros que “son acosados constantemente por los inspectores. Les hacen la vida imposible, les imponen grandes multas y los obligan a estarse moviendo constantemente fuera de los mercados.”
El "reordenamiento" del sector agrícola forma parte del plan de reformas económicas impulsadas por Raúl Castro, para "actualizar" el modelo económico socialista de la isla.
En Cuba el incremento de la producción de alimentos es considerado un asunto de "seguridad nacional" ya que el país importa anualmente el 80 por ciento de los alimentos que consume con gastos de unos 1.800 millones de dólares, lo que representa un 30 por ciento de sus ingresos en divisas.
Los agricultores entrarán al mercado con sus propios medios y comerciarán a su antojo, tras cumplir sus compromisos contractuales con el Estado, explicó hoy el diario oficial Granma.
Una vez más se trata de un ensayo para las provincias Artemisa, Mayabeque y La Habana que busca “ampliar opciones y flexibilizar mecanismos que poco a poco deberán irse ajustando a la realidad nuestra de cada día”.
Los gobiernos locales organizarán así una red de mercados minoristas gestionados por entidades estatales, por cooperativas o trabajadores por cuenta propia, con un espectro de precios fijos para el arroz, frijoles y papas, y el resto sujeto a oferta y demanda.
Además estará la opción de los "puntos de venta" a precios de oferta y demanda, y la de los comerciantes ambulantes o "carretilleros".
El campesino independiente, Ramón Miguel Ramírez, residente en Buenaventura, Holguín, considera que de aplicarse, podría ser una buena medida que daría libertad a los vendedores y dejaría en paz a los carretilleros que “son acosados constantemente por los inspectores. Les hacen la vida imposible, les imponen grandes multas y los obligan a estarse moviendo constantemente fuera de los mercados.”
El "reordenamiento" del sector agrícola forma parte del plan de reformas económicas impulsadas por Raúl Castro, para "actualizar" el modelo económico socialista de la isla.
En Cuba el incremento de la producción de alimentos es considerado un asunto de "seguridad nacional" ya que el país importa anualmente el 80 por ciento de los alimentos que consume con gastos de unos 1.800 millones de dólares, lo que representa un 30 por ciento de sus ingresos en divisas.