El 7 de diciembre de 1990, a los 47 años, se quitó la vida el escritor cubano Reinaldo Arenas, una figura fundamental de la literatura cubana y una de las voces más valientes y críticas contra la homofobia y el totalitarismo del régimen cubano.
Nacido en Aguas Claras, Holguín en 1943, el escritor fue perseguido y condenado a prisión. Llegó a los Estados Unidos con el éxodo del Mariel en 1980.
En una carta enviada a sus amigos poco antes de morir exiliado en la ciudad de Nueva York, el autor de Celestino antes del alba, Antes que anochezca y Un mundo alucinante escribió:
"Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida.
En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria en la cual he trabajado por casi 30 años.
Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Sólo hay un responsable: Fidel Castro.
Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.
Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la isla los exhorto a que sigan luchando por la libertad. Mi mensaje no es de derrota, sino de lucha y, esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy".