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Aviones F-16 y helicópteros protegerán el Super Bowl


Foto de archivo de un avión F-16.
Foto de archivo de un avión F-16.

El Pentágono agregó que habrá dotaciones de la Guardia Nacional listas para proporcionar protección.

El Pentágono anunció este viernes que enviará aviones F-16 de combate y helicópteros del Ejército para la vigilancia del espacio aéreo en la zona del Estadio MetLife de Nueva Jersey, donde el domingo se disputará la Super Bowl.

El portavoz del Pentágono, el coronel Steve Warren, aseguró que habrá dotaciones de la Guardia Nacional listas para proporcionar protección, además de una guardia de honor y un coro militar de 32 miembros que acompañarán la ceremonia previa al partido.

Los Broncos de Denver y los Seahawks de Seattle se enfrentarán el domingo en la XLVIII edición de la Super Bowl, un partido rodeado de amplia publicidad, espectáculos musicales y coreográficos, fuegos artificiales, bandas patrióticas y una de las mayores audiencias de la televisión nacional.

Warren dijo que el Pentágono habitualmente responde a los pedidos de protección en acontecimientos mayores, como la Super Bowl.

"Es un acontecimiento de prominencia nacional. Creemos que beneficia a los militares el que proporcionemos esta cobertura aérea", afirmó.

La 101 División Aerotransportada de Asalto planifica una formación que podría incluir helicópteros Apache, Black Hawe y Chinook que sobrevolarán el estadio en la apertura de la celebración.

El Super Bowl, el mayor acontecimiento deportivo de Estados Unidos y uno de los más importantes de todo el mundo, llega por primera vez a la zona de Nueva York, que recibirá a medio millón de aficionados con un enorme dispositivo de entretenimiento, seguridad y negocio turístico.

Las autoridades calculan que, además de los 82.500 aficionados que llenarán el estadio, en torno a 400.000 han viajado a la zona para vivir los eventos paralelos y la fiebre del Super Bowl, y muchos de ellos son ya visibles por toda la ciudad con los jerseys, bufandas y gorros de sus equipos favoritos.

La Gran Manzana ha cerrado al tráfico el tramo de Broadway entre las calles 34 y 37, entre las emblemáticas plazas de Times Square y Herald Square, y han bautizado la zona como Boulevard del Super Bowl.

Allí se han dado cita firmas de autógrafos de jugadores o la exhibición del Trofeo Vince Lombardi (la copa que gana el equipo vencedor), el balón que se usará en el encuentro y hasta un tobogán gigante de 21 metros de alto.

"Hay mucha gente feliz y contenta porque el balón está aquí", afirma a Efe un aficionado, Julio Figueroa, que se acercó a vivir el ambiente del Boulevard del Super Bowl, que estará abierto hasta el sábado y por el que las autoridades prevén que pase un millón de asistentes.

Los cálculos oficiales de la NFL apuntan a que el Super Bowl tiene un impacto de entre 500 y 600 millones de dólares en el lugar que la alberga, pero varios economistas independientes advierten de que esas cifras son exageradas y en realidad apenas alcanzan el 10 por ciento de lo que afirma la liga.

Aun así, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, afirma que la llegada del Super Bowl tendrá un "impacto fantástico en la economía local" y será "algo grande" para la ciudad.

Las entradas, agotadas hace meses, aún pueden conseguirse en la reventa, y el precio está bajando ya que los operadores de este negocio no quieren quedarse con billetes sobrantes.

Si hace una semana estaban en torno a 3.200 dólares, ahora pueden conseguirse por unos 2.000, según medios locales.

Esa es la cantidad que reconoce a Efe haber pagado el puertorriqueño Wilfredo Rodríguez, que reside en Nueva York desde hace 28 años y que afirma esperanzado que, "a pesar del frío va a ser un día bien especial".
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