Mientras millones de latinoamericanos siguen La viuda negra, una versión televisiva de la vida de la narcotraficante colombiana Griselda Blanco, en la vida real una boliviana sigue sus pasos: Magaly Cueto Melgar fue arrestada el pasado jueves en un suburbio de la capital chilena con medio kilo de cocaína en su poder y al frente de una red de narcotráfico. Había cumplido 14 años de cárcel en Chile y tenía prohibido volver.
Cueto, de 51 años, afirma haber sido una de las amantes del famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria.
Fue detenida junto a otras seis personas, mientras ingresaban al país drogas procedentes de Bolivia y Perú, que después redistribuían en vehículos particulares con doble fondo. Ella ha sido identificada como líder de la banda, y en el momento de su arresto tenía en su poder 550 gramos de cocaína.
Según la página electrónica del diario La Segunda, que cita al fiscal de la región metropolitana de Santiago, Raúl Guzmán, la mujer mantenía en un depósito de Alto Hospicio, en Iquique, norte de Chile, 159 kilos de marihuana, producto que había sido obtenido en Bolivia.
Guzmán dijo a los periodistas que desde 1992 a la fecha, Cueto había sido condenada en otras dos ocasiones por narcotráfico, primero a cinco años y después a diez.
En 1996 participó en un intento de fuga del Complejo Penitenciario Femenino de Santiago, la capital.
Tan pronto salió en libertad por su primera condena de 5 años, volvió al negocio y fue capturada en el estacionamiento de un supermercado de la comuna santiaguina San Miguel mientras intentaba pagar cuatro millones de pesos por siete kilos de pasta base de cocaína a dos narcos peruanos.
Con pasaportes falsos
Estaba por segunda vez en libertad desde comienzos del año pasado. Aunque tenía prohibida la entrada a Chile, ingresó en varias ocasiones utilizando pasaportes falsos.
La investigación de la Fiscalía Sur y la Brigada Antinarcóticos de Santiago determinó que Cueto arrendaba desde marzo pasado una casa en la población Santo Tomás de La Pintana, en el área metropolitana.
"No era ostentosa y cultiva un bajo perfil, es una mujer avezada y era quien conseguía a los transportistas y pagaba la droga. En el ambiente criminal es conocida", puntualizaron las autoridades.
Su nueva presencia en el país se detectó a principios de año cuando la mujer comenzó a enviar vehículos a Iquique, donde los acondicionaban con “caletas” para ocultar droga, que luego era transportada a Santiago.
La banda planeaba trasladar una importante cantidad de estupefacientes a la ciudad antes de la Fiestas Patrias chilenas, el 18 y 19 de septiembre.
El jueves pasado la policía interceptó el último vehículo que Cueto había enviado al norte, y paralelamente, un grupo de oficiales se presentó en su domicilio y la detuvo.
La líder de la banda fue encartada y enviada a prisión preventiva.
De la cama al crimen
Desde que salió de Santa Cruz de la Sierra, localidad donde vivió después de pasar algunos años en Viña del Mar junto a su padre chileno, Cueto transportó drogas, lavó dinero y se relacionó con traficantes en Bolivia, Chile, Panamá y Colombia.
Su entrada al narcotráfico se consumó como pareja de distintos hombres con diferentes grados de poder en el crimen organizado.
A los 20 años se casó con un narco colombiano. Luego, tuvo relaciones con otros en Chile y Bolivia.
Pero de todos ellos, según refieren testigos de su paso por las cárceles chilenas, hay uno que le hace sentir orgullo, y lo cuenta pavoneándose: Magaly asegura haber sido amante del que en su momento fuera el hombre más buscado y el narcotraficante más influyente del mundo, el colombiano Pablo Escobar Gaviria.
Después de someter prácticamente a la sociedad colombiana a golpe de actos terroristas y millones de dólares procedentes del tráfico ilícito, Escobar fue abatido en 1993 en Medellín por el llamado Bloque de Búsqueda.
Su discípula ─ y presunta amante─ boliviana arriesga esta vez una pena de más de 15 años de cárcel, por delitos reiterados.
