Durante más de dos décadas, Carmen y Marcos Montalván, nacidos en Cuba, han sido la inspiración de amigos, clientes y de otros inmigrantes en EE.UU. por haber pasado de pobres a ricos con su negocio de distribución de alimentos típicos en otros países.
Así lo destaca un reportaje publicado en la página digital del periódico The Press-Enterprise, del sur de California, que pone de relieve que el matrimonio de cubanos “nunca renunció al sueño americano y emprendió un pequeño negocio en el garaje de su casa”.
Más de dos décadas después, señala, su compañía Montalvan´s Sales registra $15 millones de dólares en ingresos anuales y vende casi mil productos provenientes de 12 países, que distribuye a 250 cadenas de tiendas de comestibles hispanos, panaderías y restaurantes.
“La huella de Montalvan´s Sales—subraya la publicación—se extiende ahora a lo largo de seis estados (de EE.UU.) y también en Canadá y Australia”, y la actual expansión de sus negocios promete incrementar los ingresos de la empresa a $25 millones de dólares en los próximos cinco años.
Carmen, de 61, dijo que se alegra de “que el éxito no se compre en una farmacia. Para tenerlo uno tiene que tener pasión”. Su esposo, de 70, sufre ahora de Alzheimer, y es la hija más joven de ambos, Marilin Ortiz (31), la administradora de la compañía.
The Press-Enterprise hace una emotiva reseña de la vida de la pareja y apunta que no se conocían cuando la familias de ambos abandonaron cuba en 1962 “para escapar de los abusos a los derechos humanos y las condiciones represivas bajo Fidel Castro”.
Una iglesia en Alabama, explica, patrocinó a Carmen Romero, entonces de 11 años, sus dos hermanas y sus padres, y les proporcionó hogar en Temple City. Su padre, que no hablaba inglés, añade, trabajó de tapicero, su madre en una fábrica, y ella fue a la universidad, obtuvo empleo como cajera en un banco y comenzó a ascender.
Una noche de 1973 se conocieron, dice, al año siguiente se casaron y mientras criaban dos hijas, Mónica y Marilín, Carmen y Marcos tuvieron varias pequeñas tiendas de comestibles pero “su fortuna cambió tras abrir Fiesta Market hace 28 años en Ontario, California, con el fin de dar servicio a la comunidad hispana”.
Los dos se dieron cuenta, señala el reportaje, de que había un mercado sin explotar que proporcionara comidas típicas a inmigrantes del sur del Pacífico, del Caribe y otros lugares, gente que echaba de menos las carnes de Australia, las viandas, los boniatos y los plátanos.
Hoy en día, apunta, Montalvan´s compra productos en países como Perú, Guatemala, Nueva Zelanda y Australia. “Marcos y yo aprendimos a hacer de todo, incluso a preparar embutidos de carnero polinesio”, dice Carmen.
La empresa cuenta en la actualidad con 61 empleados, nunca ha despedido a ninguno y sus ventas han crecido sostenidamente entre 10 y 12 por ciento al año, destaca la publicación.
Así lo destaca un reportaje publicado en la página digital del periódico The Press-Enterprise, del sur de California, que pone de relieve que el matrimonio de cubanos “nunca renunció al sueño americano y emprendió un pequeño negocio en el garaje de su casa”.
Más de dos décadas después, señala, su compañía Montalvan´s Sales registra $15 millones de dólares en ingresos anuales y vende casi mil productos provenientes de 12 países, que distribuye a 250 cadenas de tiendas de comestibles hispanos, panaderías y restaurantes.
“La huella de Montalvan´s Sales—subraya la publicación—se extiende ahora a lo largo de seis estados (de EE.UU.) y también en Canadá y Australia”, y la actual expansión de sus negocios promete incrementar los ingresos de la empresa a $25 millones de dólares en los próximos cinco años.
Carmen, de 61, dijo que se alegra de “que el éxito no se compre en una farmacia. Para tenerlo uno tiene que tener pasión”. Su esposo, de 70, sufre ahora de Alzheimer, y es la hija más joven de ambos, Marilin Ortiz (31), la administradora de la compañía.
The Press-Enterprise hace una emotiva reseña de la vida de la pareja y apunta que no se conocían cuando la familias de ambos abandonaron cuba en 1962 “para escapar de los abusos a los derechos humanos y las condiciones represivas bajo Fidel Castro”.
Una iglesia en Alabama, explica, patrocinó a Carmen Romero, entonces de 11 años, sus dos hermanas y sus padres, y les proporcionó hogar en Temple City. Su padre, que no hablaba inglés, añade, trabajó de tapicero, su madre en una fábrica, y ella fue a la universidad, obtuvo empleo como cajera en un banco y comenzó a ascender.
Una noche de 1973 se conocieron, dice, al año siguiente se casaron y mientras criaban dos hijas, Mónica y Marilín, Carmen y Marcos tuvieron varias pequeñas tiendas de comestibles pero “su fortuna cambió tras abrir Fiesta Market hace 28 años en Ontario, California, con el fin de dar servicio a la comunidad hispana”.
Los dos se dieron cuenta, señala el reportaje, de que había un mercado sin explotar que proporcionara comidas típicas a inmigrantes del sur del Pacífico, del Caribe y otros lugares, gente que echaba de menos las carnes de Australia, las viandas, los boniatos y los plátanos.
Hoy en día, apunta, Montalvan´s compra productos en países como Perú, Guatemala, Nueva Zelanda y Australia. “Marcos y yo aprendimos a hacer de todo, incluso a preparar embutidos de carnero polinesio”, dice Carmen.
La empresa cuenta en la actualidad con 61 empleados, nunca ha despedido a ninguno y sus ventas han crecido sostenidamente entre 10 y 12 por ciento al año, destaca la publicación.