La actuación cubana en los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe celebrados en la ciudad colombiana de Barranquilla no cumplió las expectativas de las autoridades deportivas de la isla. Se alcanzaron menos medallas de oro que las logradas hace cuatro años en los Juegos de Veracruz 2014 (123 contra 102), además de la “deshonra” de quedar por debajo de México en el cuadro de medallas.
Precisamente, la supremacía del país azteca es lo que más les duele a los mandamases del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER). Porque ellos juraron y perjuraron durante toda la etapa previa a la competencia que Cuba retendría el primer lugar por países que había ocupado desde los Centroamericanos de Panamá en 1970.
Al parecer, el señor Antonio Becali, presidente del INDER, no escarmienta. En los pasados Juegos Panamericanos de Toronto 2015 insistió en que Cuba ocuparía el segundo lugar, y al final la isla debió contentarse con el cuarto peldaño por países.
Ahora en Barranquilla les fallaron a Cuba algunos de los deportes que antaño la catapultaron a los primeros planos. En primer término hay que mencionar al atletismo. Esa especialidad le aportó 23 medallas de oro en Veracruz 2014, mientras que ahora no se llegó ni a la mitad de esos pergaminos. Los medios de difusión cubanos anunciaron con bombo y platillo la participación del joven saltador (de longitud) Juan Miguel Echevarría, quien ostenta las mejores marcas mundiales este año. Sin embargo, apenas unos minutos antes de comenzar la competencia apareció una misteriosa lesión que le impidió tomar parte en la lid.
El boxeo no pudo ganar las diez medallas de oro a que aspiraba la isla. Dos de los peleadores, Yohanis Argilagos (49 kg) y Robeisy Ramírez (56 kg), escaparon de los centros de entrenamiento antes de llegar a Barranquilla, mientras que el campeón olímpico Arlen López (75 kg) fue derrotado en la pelea final del evento.
Mención aparte para el béisbol. La preselección cubana fue internada durante seis meses para un entrenamiento especial con vistas a obtener la medalla de oro en Barranquilla, que era algo así como un pacto de honor. Sin embargo, el equipo de Puerto Rico, con solo un mes de entrenamiento, derrotó a los peloteros cubanos y ocupó la primera posición.
Realmente, ya los técnicos y los directivos del INDER no saben qué hacer para animar al alicaído deporte nacional cubano. Simultáneamente con estos Juegos Centroamericanos, un equipo de béisbol de la isla quedaba en uno de los últimos lugares en un torneo en Holanda, donde perdió casi todos los juegos que efectuó.
Lo cierto es que Cuba, en cada nueva edición de los Juegos Centroamericanos, obtiene una cantidad inferior de medallas de oro que en las citas anteriores. No son pocos los que opinan que la no participación cubana en las citas de El Salvador 2002, y Mayagüez 2010 ha afectado, a largo plazo, al deporte cubano.
Después de la ausencia al referido evento puertorriqueño, ya Cuba no pudo mostrar aquella ventaja apreciable que tenía sobre México. No olvidar que en Veracruz 2014, Cuba sobrepasó a México en tan solo ocho medallas de oro.
La mezcla de la política con el deporte, un eslogan tan usado por el castrismo para criticar a sus adversarios, se volvió en su contra tanto en el 2002 como en el 2010.
En el caso específico de la cita salvadoreña, Fidel Castro decidió que los deportistas cubanos no fueran a esos Juegos luego de que el entonces presidente salvadoreño, Francisco Flores, durante la Cumbre Iberoamericana del año 2000 en Panamá, le expresara al gobernante cubano que tenía las manos manchadas con la sangre del pueblo salvadoreño.
(Publicado originalmente por Cubanet el 06/08/2018)