Enlaces de accesibilidad

Ensalada Deportiva


El tenista español Rafael Nadal recibe asistencia médica.
El tenista español Rafael Nadal recibe asistencia médica.

El español Rafael Nadal volvió a vivir el martes una maldición en los cuartos de final del Abierto de Australia, luego de que una lesión obligó al máximo preclasificado a retirarse en el quinto set de su partido ante el croata Marin Cilic.

Nadal comenzó a mostrar dolor en la parte superior del muslo derecho en el final del cuarto set, antes de abandonar el partido cuando el marcador estaba 3-6, 6-3, 6-7, 6-2 y 2-0.

Esta fue apenas la segunda vez en que el número uno del mundo se retira en más de 250 partidos de Grand Slam. Coincidentemente, la última vez había sido en los cuartos de final del 2010 contra Andy Murray.

Nadal ofrece una rueda de prensa.
Nadal ofrece una rueda de prensa.

"No es la primera vez aquí (en quedar eliminado)", dijo un pálido Nadal a periodistas. "Soy una persona positiva... pero hoy es una oportunidad perdida para estar en semifinales de un Grand Slam".

De las siete derrotas en los cuartos de final de Grand Slam de su carrera, cinco se han producido en el cemento de Melbourne Park.

El 16 veces campeón de torneos de Grand Slam dijo que sintió la molestia en el tercer set, pero que el dolor se tornó inaguantable en el cuarto parcial.

Nadal cerró su conferencia de prensa quejándose de que demasiados jugadores estaban sufriendo lesiones.

"Alguien en el circuito debería pensar un poco sobre lo que está sucediendo", dijo el español. "No sé si han pensado un poco en la salud de los jugadores (...) hay vida después del tenis", agregó.

Cilic, sexto cabeza de serie, se medirá por un lugar en la final con el británico Kyle Edmund, que más temprano venció por 6-4, 3-6, 6-3 y 6-4 al búlgaro Grigor Dimitrov, tercer cabeza de serie, para llegar por primera vez a semifinales de un Grand Slam.

Un efectivo Sevilla vuelve a ganar al Atlético y lo elimina de la Copa

El Sevilla volvió a ganar al Atlético de Madrid (3-1) en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, como ya hizo en la ida (1-2), y en un buen partido se mostró muy efectivo y eliminó a un conjunto colchonero que lo intentó hasta el final, pero sin éxito por su falta de claridad y puntería.

Los andaluces se adelantaron a los 25 segundos con un tanto de Escudero, tras una bonita y vertiginosa jugada, y aunque el Atlético empató a los 13 minutos con otro gran gol, de Griezmann, en el segundo tiempo el Sevilla aprovechó de nuevo la mala salida al campo de su rival para marcar a los 3 minutos Banega de penalti y luego sentenció a la contra con el 3-1 de Sarabia.

El Sánchez Pizjuán acogía un duelo de orgullo y honra, de los de 'taquicardia', pues, tras el 1-2 del Sevilla en el Wanda Metropolitano que supuso su resurrección -luego venció por 0-3 al Espanyol- tras 5 partidos sin ganar en Liga-, el Atlético, un equipo de carácter y que nunca se arredra ante las adversidades, tenía que marcar dos goles y no encajar. Por ende, debía de salir a por todas.

Sin Diego Costa, su artillero más en forma (3 tantos y 2 pases de gol en 5 partidos-), al lesionarse ante el Girona, a los rojiblancos no les quedaba otra. Diego Simeone apostó arriba por el argentino Correa y los franceses Gameiro y Griezzman, consciente de que tenían que ir al ataque sin remisión, quizás a contraestilo, para remontar.

Sin embargo, el Sevilla, que repitió el once de sus dos últimas victorias con el único cambio de Jesús Navas de lateral por el galo Corchia, también sabía lo que se jugaba. Quería olvidarse de la renta de la ida y no especular, y lo demostró pronto con una salida eléctrica que descolocó y le exigió aún más, si cabe, al Atlético.

El delantero colombiano del Sevilla Luis Muriel (i) y el uruguayo Diego Godín, del Atlético de Madrid.
El delantero colombiano del Sevilla Luis Muriel (i) y el uruguayo Diego Godín, del Atlético de Madrid.

Y es que a los 25 segundos, en una jugada vertiginosa, sublime y con varios toques rápidos y precisos, los hispalenses se adelantaron por medio de Sergio Escudero, que hizo el 1-0 a centro de Sarabia y asestó un golpe psicológico a los colchoneros, que necesitaban ahora dos goles para forzar la prórroga y tres para ganar la eliminatoria.

Fue el premio a un comienzo muy fuerte, con mucha concentración e
intensidad, del conjunto del italiano Vincenzo Montella, aunque los
madrileños, superado el mazazo inicial, fueron capaces de reaccionar
rápido y, tras avisar el uruguayo Godín con un cabezazo a los dos
minutos que Rico paró en dos tiempos, pronto apareció Griezzmann.

A los 13 minutos, y cuando su equipo ya se había hecho con el mando del medio campo con Gabi, Koke y Saúl Ñíguez escorado a la banda izquierda, el francés aprovechó un robo de balón en la frontal del área local para empatar con un gran gol, de una volea por alto, al ver adelantado a Sergio Rico, poco afortunado en esta acción.

Esto animó a los rojiblancos, que siguieron ganándole ligeramente la partida en el centro al dúo Nzonzi-Banega, con Vrsaljko y Saúl muy incisivos como carrileros y la movilidad de Gameiro y Grizzmann, muy suelto e implicado cerca del área, si bien los sevillistas no se descompusieron en un choque vibrante, de gran tensión e intensidad.

Aun así, el Atlético exhibió una mayor peligrosidad y con varias llegadas, sobre todo por las galopadas de Vrsaljko, pudo igualar la eliminatoria en un remate alto de Griezzman, una acción de Gameiro que, en plancha, no llegó de milagro a un pase del croata o un nuevo tiro del francés, solo, que salió alto tras otro centro de Vrsaljko.

Sus intentos fueron baldíos, pues se llegó al descanso con 1-1 y con todo por decidir.

En la reanudación, no obstante, los de Simeone volvieron a salir despistados y lo pagaron caro. Así, en el primer minuto, una internada por la izquierda del argentino 'Tucu' Correa acabó en penalti al derribarle en el área Saúl y, aunque Moyá se tiró a donde iba el balón, Banega lo convirtió en el 2-1 con un tiro ajustado.

Ángel Correa acarició el 2-2 a los 7 minutos de esta mitad, pero, solo en el área, quiso fusilar a Rico y éste, con un paradón, salvó un gol cantado. Simeone quemó sus naves al dar entrada pronto a Fernando Torres, el belga Yannick Carrasco y el ghanés Thomas Partey, por Gabi, Correa y Giménez, los tres con tarjeta.

El Sevilla aguantó bien, se vació y se defendió con orden, aunque el Atlético, totalmente volcado en busca de la épica, tuvo alguna ocasión como en un cabezazo alto de Godín a la hora de juego.

Sin embargo, fueron los de Nervión los que sentenciaron con el 3-1 a once del final al culminar Sarabia una contra, tras recortar a Godín y batir con un tiro ajustado a Moyá. A partir de ahí, el Atlético ya precisaba marcar cuatro goles, lo que ya fue una empresa imposible pese a los intentos postreros de Carrasco y Gameiro.

(Con información de Reuters y EFE)

XS
SM
MD
LG