Enlaces de accesibilidad

Dos días de fiesta vudú en Haití


Mambo, una sacerdotisa vudú, participa en las ceremonias típicas del Día del "Guede" o de los Espíritus
Mambo, una sacerdotisa vudú, participa en las ceremonias típicas del Día del "Guede" o de los Espíritus

Los peregrinos toman baños rituales de barro, encienden velas y hacen ofrendas a los espíritus.

Un pueblo del norte de Haití se transforma durante dos días de julio todos los años y pasa a ser el centro espiritual de la religión vudú.

Miles de personas llegan a Plaine-du-Nord para el festival anual, viajando horas en autobuses atestados o en motocicletas para rendir homenaje a una religión que es parte integral de la vida de mucha gente en esta nación.

Los peregrinos toman baños rituales de barro, encienden velas y hacen ofrendas a los espíritus. El vudú evolucionó en el siglo XVII entre los esclavos africanos e incorporó elementos de la fe católica romana que les fue impuesta por los colonizadores franceses.

En Plaine-du-Nord la gente reza y lleva sus regalos a la iglesia católica de Saint James, conocido aquí como Ogoun Feraile y venerado por los practicantes del vudú. Caminan durante tres horas hasta la cima de una montaña, cerca de la famosa Citadelle, el fuerte del siglo XIX más grande del hemisferio occidental y donde se cree que San Juan hizo una aparición.

Algunos creen que el festival aliviará sus penas en un país donde casi todo el mundo sufre penurias. Otros hacen pedidos específicos, como ganar la lotería o ser curado de algún mal. Un hombre trajo una lista que incluía un auto y un trabajo.

La vida en Haití, donde más de la mitad de la población trata de sobrevivir con menos de dos dólares diarios, siempre ha sido dura, pero esta época es particularmente mala. Un dólar más fuerte agrava la inflación y hace que suban los precios de productos básicos que ya de por sí eran caros. El país hace frente asimismo a otro período de incertidumbre política y se esfuerza por resolver un impasse y elegir un presidente después de que la votación del año pasada fuese invalidada por un fraude.

En medio de todo esto, un fotógrafo de la Associated Press escuchó a una mujer que pedía en sus plegarias irse de Haití. "En un país en el que no tenemos esperanza alguna en nuestro gobierno, oh Saint James, por favor ayúdame a conseguir una visa para salir del país y poder llevar una vida mejor", dijo sollozando mientras encendía una vela luciendo un vestido rojo y azul.

XS
SM
MD
LG