Por lo menos 10 personas murieron y 19 resultaron heridas cuando desconocidos dispararon desde autos en movimiento a tres cantinas en un poblado indígena de la región central de Guatemala.
El portavoz de los bomberos de la zona, Sergio Vásquez, informó que los ataques se registraron el sábado por la noche en el poblado indígena de San José Nacahuil, a unos 18 kilómetros al noreste de la capital guatemalteca.
"El ataque fue directo a las cantinas... entre los heridos hay varios niños", expresó. Vásquez informó que por lo menos 20 ambulancias llegaron al lugar y 50 bomberos están trabajando con las víctimas.
La localidad poblada por indios de la etnia cackchiquel está ubicada entre montañas, de muy difícil acceso con caminos de tierra sin asfaltar.
Según Vásquez, no hay detenidos y las autoridades investigan los motivos del ataque que dejó 10 muertos y 19 heridos.
Las diferentes autoridades que llegaron a la localidad señalaron diversas líneas de investigación en las que podrían estar involucradas pandillas locales, indico la agencia Prensa Asociada (AP).
El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla declaró que el sábado se recibió una denuncia telefónica anónima desde la población "en la que decían que tenían temor de que hubiera un ataque. Enviamos una patrulla y constataron que todo estaba bien y la patrulla se retiró. Una hora después sucedió el ataque con los resultados que ya vimos".
"Nos extrañó mucho porque es una comunidad muy bien organizada". Relató que la población no cuenta con seguridad pública porque los mismos moradores incendiaron la subestación policial en 2007 por no estar de acuerdo con los métodos policiales.
Es una comunidad con bajos índices delincuenciales y el ministro no descartó la intervención de pandillas locales.
"Al parecer los atacantes habrían entrado a pie. Se robaron un vehículo de una persona de la comunidad, cometieron el ataque, huyeron y dejaron el vehículo abandonado a unos kilómetros de aquí".
Al ser consultado dijo que fueron entre tres y cuatro atacantes que portaban armas con calibre 9 mm.
El ministerio mantiene acordonadas las cantinas atacadas, distantes entre sí unos 200 metros y todas localizadas en la calle principal de San José. La fachada de una de las cantinas, donde se registraron más víctimas, está perforada por las balas.
El poblador Víctor Tepén, tío de Javier Tepén de 20 años que falleció en el ataque, dijo a The Associated Press que su sobrino salió anoche a pasear y ya no regresó. "Esto nunca había pasado. Es un golpe para el pueblo. Jamás habíamos visto una masacre como ésta".
Según los informes suministrados por las autoridades, después del retiro de las fuerzas de seguridad pública, la comunidad cuenta con bajo índices delincuenciales, un par de incidentes en el período.
Otra de las hipótesis, considerada por el portavoz de la policía regional, Jorge Aguilar, es que los atacantes intentaron comprar licor en las cantinas y les fue negado, por lo que regresaron después a disparar contra los locales. Dijo que podría tratarse de pandilleros.
El portavoz de los bomberos de la zona, Sergio Vásquez, informó que los ataques se registraron el sábado por la noche en el poblado indígena de San José Nacahuil, a unos 18 kilómetros al noreste de la capital guatemalteca.
"El ataque fue directo a las cantinas... entre los heridos hay varios niños", expresó. Vásquez informó que por lo menos 20 ambulancias llegaron al lugar y 50 bomberos están trabajando con las víctimas.
La localidad poblada por indios de la etnia cackchiquel está ubicada entre montañas, de muy difícil acceso con caminos de tierra sin asfaltar.
Según Vásquez, no hay detenidos y las autoridades investigan los motivos del ataque que dejó 10 muertos y 19 heridos.
Las diferentes autoridades que llegaron a la localidad señalaron diversas líneas de investigación en las que podrían estar involucradas pandillas locales, indico la agencia Prensa Asociada (AP).
El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla declaró que el sábado se recibió una denuncia telefónica anónima desde la población "en la que decían que tenían temor de que hubiera un ataque. Enviamos una patrulla y constataron que todo estaba bien y la patrulla se retiró. Una hora después sucedió el ataque con los resultados que ya vimos".
"Nos extrañó mucho porque es una comunidad muy bien organizada". Relató que la población no cuenta con seguridad pública porque los mismos moradores incendiaron la subestación policial en 2007 por no estar de acuerdo con los métodos policiales.
Es una comunidad con bajos índices delincuenciales y el ministro no descartó la intervención de pandillas locales.
"Al parecer los atacantes habrían entrado a pie. Se robaron un vehículo de una persona de la comunidad, cometieron el ataque, huyeron y dejaron el vehículo abandonado a unos kilómetros de aquí".
Al ser consultado dijo que fueron entre tres y cuatro atacantes que portaban armas con calibre 9 mm.
El ministerio mantiene acordonadas las cantinas atacadas, distantes entre sí unos 200 metros y todas localizadas en la calle principal de San José. La fachada de una de las cantinas, donde se registraron más víctimas, está perforada por las balas.
El poblador Víctor Tepén, tío de Javier Tepén de 20 años que falleció en el ataque, dijo a The Associated Press que su sobrino salió anoche a pasear y ya no regresó. "Esto nunca había pasado. Es un golpe para el pueblo. Jamás habíamos visto una masacre como ésta".
Según los informes suministrados por las autoridades, después del retiro de las fuerzas de seguridad pública, la comunidad cuenta con bajo índices delincuenciales, un par de incidentes en el período.
Otra de las hipótesis, considerada por el portavoz de la policía regional, Jorge Aguilar, es que los atacantes intentaron comprar licor en las cantinas y les fue negado, por lo que regresaron después a disparar contra los locales. Dijo que podría tratarse de pandilleros.