La organización Human Rights Watch (HRW) afirmó que la región debe ejercer "una presión considerable" sobre el gobierno de Venezuela para que "acepte toda la asistencia necesaria" para encarar la crisis en el sector de la salud y alimentación.
Tamara Taraciuk Broner, investigadora de las Américas para HRW, y Kathleen Page, profesora adjunta y médica en la Universidad Johns Hopkins, dijeron en el diario The Washington Post, en un artículo de opinión titulado "La crisis de salud en Venezuela exige una respuesta regional urgente", que los países de la región deberían evaluar la posibilidad de trabajar en estrecha colaboración con organizaciones no gubernamentales y de la Iglesia para lograr que ingrese más ayuda humanitaria en el país".
"Aunque eso no solucionará el problema, podría contribuir a paliar la dramática situación del pueblo venezolano", dijeron ambas expertas.
También destacaron que la semana pasada el presidente Nicolás Maduro finalmente pidió ayuda a las Naciones Unidas para comprar equipos médicos. Simultáneamente, Maduro alegó que "el gobierno imperialista de Estados Unidos nos tiene perseguidos y bloqueados", aunque unos días antes el principal hospital público de Caracas rechazó medicamentos e insumos donados por la ONG Médicos sin Fronteras.
Broner y Page dijeron que "a primera vista, esto podría parecer contradictorio, pero es más probable que refleje un cambio incipiente en la negación absoluta, por parte del gobierno de Maduro, de la crisis humanitaria en el país".
Recordaron en ese sentido que el gobierno de Maduro sigue siendo igual de opaco y represivo que antes y que Maduro se ha referido a quienes hablan abiertamente de la crisis como "traidores a la patria".
Asimismo, el gobierno dejó de publicar información nutricional y boletines epidemiológicos sobre decenas de enfermedades, y varios médicos consultados por HRW dijeron que las autoridades hospitalarias les prohibían proporcionar estadísticas sobre desnutrición.
Sin embargo, las cifras son claras. Broner y Page subrayaron que la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) indicó que, entre 2015 y 2017, el 11,7% de la población venezolana estaba subalimentada. Además, personas con VIH no están recibiendo el tratamiento que necesitan y "el colapso del sistema médico es tan grave que han aumentado enfermedades infecciosas fácilmente prevenibles con vacunas".
Maduro suele argumentar que la crisis es el resultado de "sanciones económicas" extranjeras, pero Broner y Page dijeron que la mayoría de las sanciones —impuestas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea— se limitan a cancelar las visas y congelar los bienes de funcionarios clave implicados en abusos y corrupción. "No tienen impacto alguno en la economía venezolana".
Acerca de las sanciones financieras de Estados Unidos, que prohiben operar con acciones y bonos emitidos por el gobierno y la empresa petrolera PDVSA, dijeron que esas medidas no se aplican "a las transacciones para comprar alimentos y medicamentos".
"De hecho, el gobierno ha comprado alimentos en el exterior, pero estas compras han estado plagadas de señalamientos de corrupción", destacaron las expertas de HRW.
(Con información de The Washington Post)