La actividad de algunas ONG humanitarias puede resultar contraproducente en el caso de Cuba. Más bien, y para ser más justos, los prejuicios ideológicos de las personas que trabajan en estas organizaciones pueden ser un impedimento para que se analice la situación de los problemas en los que trabajan cuando de Cuba se trata.
Esto, bajo mi punto de vista, supone una situación de desprotección flagrante de las víctimas cubanas que viven situaciones de explotación como puede ser el caso de los más pequeños con la prostitución infantil. Muchas organizaciones no gubernamentales que trabajan en aspectos tan importantes como este focalizan su atención en países donde el problema está muy extendido y donde quizás no existe un gobierno con tanta buena publicidad entre sectores progresistas como la que goza el régimen cubano (aunque nos pese, aunque parezca imposible, pero sí).
Hace poco hice la prueba con un activista holandés que ha trabajado especialmente en asuntos de prostitución infantil. A su paso por Barcelona, aproveché para preguntarle sobre los puntos calientes en el mundo respecto a este problema y evidentemente mencionó los que están en la mente de todo el mundo: Tailandia o India, en el mundo oriental; Brasil, República Dominicana y Haití, en América Latina. En cambio, no mencionó Cuba como un punto preocupante en la actualidad aunque sí dijo que es algo conocido que se dan casos en la Isla, pero no hay información concreta ni fidedigna. Por supuesto no la hay porque la dictadura nunca va aceptar que existe este problema y después porque las ONG suelen hacer seguidismo de las estadísticas y versiones oficiales que ofrece el castrismo.
Cuando de ONG’s se trata hay que remarcar que, en muchas ocasiones, son organizaciones en las que trabajan personas cuya definición ideológica se sitúa generalmente en la vertiente izquierda del espectro ideológico, lo que es plenamente legítimo. Nada que objetar. Aunque no se pueda generalizar, sí podemos pensar que esta definición política pueda ser, en ocasiones, una causante de la anestesia ideológica que permite al régimen cubano de salvarse de juicios internacionales. Y por eso, cuando se busca información objetiva en la base de datos de estas organizaciones y proyectos, Cuba no aparece.
Existe actualmente una iniciativa global de lucha contra la prostitución infantil, www.thecode.org, que trabaja en este ámbito. Si cualquiera visita su web para encontrar información respecto a Cuba el sistema no va a encontrar ni tan siquiera una mención al caso cubano. A pesar de ello, todo el mundo sabe que en el país hay un problema de prostitución infantil, dado que las condiciones de extrema pobreza en la que viven los cubanos ponen en riesgo a los más pequeños ante la presencia de turistas que viajan a satisfacer sus más execrables, lastimosos y delictivos caprichos sexuales.
Sería interesante seguir de cerca la actividad de todas estas ONG’s en el mundo ya que reciben fondos públicos para realizar proyectos de prevención y ver de qué manera los emplean; también conocer si incluyen Cuba entre su objeto de análisis y acción
Otro problema es que el régimen deja operar en el país solo a quien mejor se adapte a sus premisas ideológicas. Muchos nos preguntamos, por ejemplo, por qué cuando la UNICEF habla de Cuba solo nos ofrece las estadísticas positivas que el régimen luego promueve con fines políticos. ¿Tiene la UNICEF en La Habana un estudio de impacto sobre prostitución infantil en la Isla? ¿Se le permitirá ahondar en este problema? ¿Es su competencia? Nos gustaría conocer si existe este informe o, en todo caso, a quien le preocupe este aspecto, que supone una violación de derechos humanos, también apreciaría que esta cuestión fuera estudiada de forma seria, sobre todo por aquellos que están en el terreno.
Así pues, podemos concluir, que no solo el turista sinvergüenza entraña un peligro para los más pequeños en Cuba. También todas esas organizaciones que se olvidan de las víctimas de las que se deberían cuidar cuando los funcionarios del régimen les venden la moto. Los prejuicios ideológicos se ceban de nuevo contra los cubanos más vulnerables.
Esto, bajo mi punto de vista, supone una situación de desprotección flagrante de las víctimas cubanas que viven situaciones de explotación como puede ser el caso de los más pequeños con la prostitución infantil. Muchas organizaciones no gubernamentales que trabajan en aspectos tan importantes como este focalizan su atención en países donde el problema está muy extendido y donde quizás no existe un gobierno con tanta buena publicidad entre sectores progresistas como la que goza el régimen cubano (aunque nos pese, aunque parezca imposible, pero sí).
Hace poco hice la prueba con un activista holandés que ha trabajado especialmente en asuntos de prostitución infantil. A su paso por Barcelona, aproveché para preguntarle sobre los puntos calientes en el mundo respecto a este problema y evidentemente mencionó los que están en la mente de todo el mundo: Tailandia o India, en el mundo oriental; Brasil, República Dominicana y Haití, en América Latina. En cambio, no mencionó Cuba como un punto preocupante en la actualidad aunque sí dijo que es algo conocido que se dan casos en la Isla, pero no hay información concreta ni fidedigna. Por supuesto no la hay porque la dictadura nunca va aceptar que existe este problema y después porque las ONG suelen hacer seguidismo de las estadísticas y versiones oficiales que ofrece el castrismo.
Cuando de ONG’s se trata hay que remarcar que, en muchas ocasiones, son organizaciones en las que trabajan personas cuya definición ideológica se sitúa generalmente en la vertiente izquierda del espectro ideológico, lo que es plenamente legítimo. Nada que objetar. Aunque no se pueda generalizar, sí podemos pensar que esta definición política pueda ser, en ocasiones, una causante de la anestesia ideológica que permite al régimen cubano de salvarse de juicios internacionales. Y por eso, cuando se busca información objetiva en la base de datos de estas organizaciones y proyectos, Cuba no aparece.
Existe actualmente una iniciativa global de lucha contra la prostitución infantil, www.thecode.org, que trabaja en este ámbito. Si cualquiera visita su web para encontrar información respecto a Cuba el sistema no va a encontrar ni tan siquiera una mención al caso cubano. A pesar de ello, todo el mundo sabe que en el país hay un problema de prostitución infantil, dado que las condiciones de extrema pobreza en la que viven los cubanos ponen en riesgo a los más pequeños ante la presencia de turistas que viajan a satisfacer sus más execrables, lastimosos y delictivos caprichos sexuales.
Sería interesante seguir de cerca la actividad de todas estas ONG’s en el mundo ya que reciben fondos públicos para realizar proyectos de prevención y ver de qué manera los emplean; también conocer si incluyen Cuba entre su objeto de análisis y acción
Otro problema es que el régimen deja operar en el país solo a quien mejor se adapte a sus premisas ideológicas. Muchos nos preguntamos, por ejemplo, por qué cuando la UNICEF habla de Cuba solo nos ofrece las estadísticas positivas que el régimen luego promueve con fines políticos. ¿Tiene la UNICEF en La Habana un estudio de impacto sobre prostitución infantil en la Isla? ¿Se le permitirá ahondar en este problema? ¿Es su competencia? Nos gustaría conocer si existe este informe o, en todo caso, a quien le preocupe este aspecto, que supone una violación de derechos humanos, también apreciaría que esta cuestión fuera estudiada de forma seria, sobre todo por aquellos que están en el terreno.
Así pues, podemos concluir, que no solo el turista sinvergüenza entraña un peligro para los más pequeños en Cuba. También todas esas organizaciones que se olvidan de las víctimas de las que se deberían cuidar cuando los funcionarios del régimen les venden la moto. Los prejuicios ideológicos se ceban de nuevo contra los cubanos más vulnerables.