LAS VEGAS (AP) — Adam Laxalt ganó el martes la candidatura republicana para un crucial escaño por Nevada en el Senado federal, en una victoria sobre un recién llegado a la política. Ahora enfrenta una dura campaña para derrocar en noviembre a la senadora demócrata Catherine Cortez Masto, lo que podría cambiar el equilibrio de poder en la cámara alta.
Laxalt es un exsecretario de Justicia de Nevada respaldado por el expresidente Donald Trump y la cúpula del Partido Republicano. Su rival, Sam Brown, ganó apoyos entre las bases del partido y obligó a Laxalt a invertir mucho dinero y recurrir a personas del círculo de Trump para recabar apoyos en las primarias.
El duelo contra Cortez Masto llega en un momento difícil para los demócratas, lastrados por la baja popularidad del presidente, Joe Biden, y que tratan de retener el control del Congreso mientras la gente en todo Estados Unidos sufre por el auge de los precios de gasolina y productos básicos.
Los republicanos ven esa votación como su mejor oportunidad de ganar un senador y recuperar la mayoría, y están atentos a la posibilidad de que Nevada esté virando poco a poco a su favor tras rechazar a todos los candidatos presidenciales republicanos desde 2004.
"Juntos hemos dado un paso importante esta noche", dijo Laxalt en una fiesta la noche electoral en Reno, Nevada. "Un paso importante en recuperar nuestro país, un paso importante en tomar nuestro gran estado de Nevada".
Los republicanos en Nevada también escogieron a Joe Lombardo como su candidato para enfrentare al gobernador, el demócrata Steve Sisolak, en la que podría ser una de las elecciones a gobernador más ajustadas del año.
El exlegislador estatal Jim Marchant, que ha repetido las falsas acusaciones sobre que se robó la victoria electoral a Trump, se impuso en las primarias a secretario de Justicia del estado. Ahora competirá por un cargo que supone supervisar las elecciones en un estado siempre en disputa que podría ser crucial para determinar quién gana la Casa Blanca en 2024. Su rival en noviembre será el abogado Cisco Aguilar, que se presentó sin oposición a las primarias demócratas.
Nevada era uno de los estados que celebraban elecciones el martes, en una ronda de primarias que podría transformar la política estadounidense.
En el sur de Texas, los demócratas perdieron un escaño que tenían desde hacía tiempo en la Cámara de Representantes. Era probable que lo recuperasen en noviembre, pero el resultado del martes era un recordatorio de que el partido corre peligro de perder apoyos entre la comunidad latina.
Trump, por su parte, ayudó al legislador estatal Russell Fry, de Carolina del Sur, a derrotar al representante Tom Rice, un legislador con cinco legislaturas de experiencia que apoyó el segundo juicio político del expresidente el año pasado.
Aunque la victoria podría ayudar al expresidente a recuperar impulso tras varios reveses en las primarias del mes pasado, ocurrió en un distrito rural de clara mayoría republicana. Otra congresista a la que Trump esperaba derrotar en un distrito vecino, la representante Nancy Mace, resistió ante su rival con apoyo de algunos de los moderados suburbanos que retiraron su apoyo al Partido Republicano durante el mandato de Trump.
Buena parte de la atención se centraba el martes en Nevada, donde Laxalt se enfrentaría a la demócrata Cortez Masto.
La senadora, que ganó con facilidad el apoyo de su partido ante competidores poco conocidos, fue la primera mujer latina elegida para el Senado y sucedió al fallecido senador Harry Reid. Enfrenta su campaña de reelección en un clima adverso para los demócratas, especialmente en economía. En Nevada, los altos precios del combustible han castigado a los habitantes de los amplios suburbios de Las Vegas o a los que acuden a trabajar cada día desde zonas rurales alejadas.
Esos mismos factores podrían poner en peligro la reelección del gobernador demócrata de Nevada, Sisolak. Se enfrentará a Lombardo, jefe de policía del condado Clark y que también consiguió el codiciado apoyo de Trump.