¿Qué puede tener de malo pelear perros si los perros son míos y los crio para eso?
Las peleas de perros son un fenómeno reprochable en cualquier sociedad del mundo. Una situación vergonzosa de la que Cuba no es ajena.
Hay dos maneras de analizar lo incorrecto de las peleas de perros: Penal y socialmente, en ambos casos esta práctica sangrienta es injustificada.
Penalmente es reprochable porque constituye el delito de juego prohibido, perseguido legalmente no solo en Cuba, sino también en muchos países del mundo.
Socialmente es reprochable porque la pelea de perros es una de las más crudas expresiones del maltrato animal que existen en Cuba.
Las peleas y lidias entre animales son condenadas en el mundo entero, el hombre del siglo 21 ve este tipo de diversiones como rezagos de un pasado que se intenta modificar.
Los derechos de los animales y la condena al maltrato animal son realidades universales que cada vez se imponen con mayor fuerza.
El futuro de Cuba no puede estar divorciado de este legítimo reclamo por los derechos de los animales, por lo que es de esperar que, sin importar la naturaleza de los cambios que puedan ocurrir en el país, las peleas de perros siempre sean actividades condenadas y perseguidas legalmente.
La lidia de gallos, igualmente, será una actividad que terminará por ser rechazada y abandonada por la sociedad cubana en general.
Si hoy tiene un cierto auge se debe a los más de 50 años que se mantuvo prohibida, pero es cuestionable que un pueblo de la naturaleza humana y solidaria como es el cubano, pretenda asociar la imagen del ocio popular con una práctica antigua en que se provoca el enfrentamiento a muerte entre dos animales.
Algún día las peleas de gallos o de perros serán recordadas con el mismo horror con que hoy toda la humanidad recuerda la historia de los gladiadores romanos.
Así que te ratifico que las peleas de perros, independientemente a que los animales sean tuyos, son ilegales penalmente y reprochables moralmente por su crueldad y abuso animal.
Las peleas de perros son un fenómeno reprochable en cualquier sociedad del mundo. Una situación vergonzosa de la que Cuba no es ajena.
Hay dos maneras de analizar lo incorrecto de las peleas de perros: Penal y socialmente, en ambos casos esta práctica sangrienta es injustificada.
Penalmente es reprochable porque constituye el delito de juego prohibido, perseguido legalmente no solo en Cuba, sino también en muchos países del mundo.
Socialmente es reprochable porque la pelea de perros es una de las más crudas expresiones del maltrato animal que existen en Cuba.
Las peleas y lidias entre animales son condenadas en el mundo entero, el hombre del siglo 21 ve este tipo de diversiones como rezagos de un pasado que se intenta modificar.
Los derechos de los animales y la condena al maltrato animal son realidades universales que cada vez se imponen con mayor fuerza.
El futuro de Cuba no puede estar divorciado de este legítimo reclamo por los derechos de los animales, por lo que es de esperar que, sin importar la naturaleza de los cambios que puedan ocurrir en el país, las peleas de perros siempre sean actividades condenadas y perseguidas legalmente.
La lidia de gallos, igualmente, será una actividad que terminará por ser rechazada y abandonada por la sociedad cubana en general.
Si hoy tiene un cierto auge se debe a los más de 50 años que se mantuvo prohibida, pero es cuestionable que un pueblo de la naturaleza humana y solidaria como es el cubano, pretenda asociar la imagen del ocio popular con una práctica antigua en que se provoca el enfrentamiento a muerte entre dos animales.
Algún día las peleas de gallos o de perros serán recordadas con el mismo horror con que hoy toda la humanidad recuerda la historia de los gladiadores romanos.
Así que te ratifico que las peleas de perros, independientemente a que los animales sean tuyos, son ilegales penalmente y reprochables moralmente por su crueldad y abuso animal.