El régimen de la isla no permite la pluralidad de ideologías y/o partidos políticos, por lo que los cubanos no tienen opciones para elegir.
Incluso el actual proceso de reforma constitucional mantiene como irrevocables el socialismo y el papel rector del Partido Comunista en la sociedad y el Estado.
Las opiniones diferentes a la oficialista son reprimidas por los órganos de la Seguridad del Estado. La oposición política no es reconocida por el gobierno.