La mayoría de la comunidad cubana celebrará la navidad y el advenimiento del nuevo año, desconociendo que un preso político, David Piloto Barceló, cumple sanción en las peores condiciones, por defender su derecho inobjetable a elegir un presidente, a criticar sus gestiones frente al gobierno, a protestar, manifestarse, afiliarse al partido que mejor le parezca, etcétera.
Posiblemente también, la mayoría de los cubanos moriremos sin probar el estado de rebeldía y libertad que brinda ser activista en la oposición a la dictadura. Piloto Barceló lo practica diariamente, y sus gritos contra los sicarios que nos maltratan día a día en las prisiones, podía escucharlos en la 1580. Desde mi barraca, a unos treinta metros de separación de la suya, con varias paredes y techos de por medio, llegaba su voz llena de verdades contra los verdugos en cada acción arbitraria o acto de presencia. Su protesta es constante, todo a pesar de su precaria salud. Adquirió tuberculosis en sus celdas, y ni siquiera esa afección lo ha hecho mermar su actitud vertical de opositor permanente. Su delito: manifestarse en la “Plaza de la Revolución”, y tirar octavillas exigiendo las libertades que nos privan.
Hace unos días Piloto Barceló fue transferido a la Prisión Cinco y Medio en Pinar del Río. Ese es otro castigo que tendrá que resistir alejado de su familia. La que le han dejado, porque luego de que la Seguridad del Estado amenazara a su madre, esta sufrió un infarto que la privó de la vida. Ahora su hermana tendrá que viajar hasta ese paraje distante para proveerlo de lo indispensable para sobrevivir, porque sino se nos muere.
Y no es que ser feliz ni comerse el pavo en la navidad sea un delito; dichosos aquellos que lo logren y que se multiplique hasta que todos los cubanos puedan hacerlo en su propia tierra; pero no olviden que por ustedes alguien sufre en este momento, y que también está convocado, desde sus posibilidades de alcance, a luchar y rendir tributo a estos seres humanos que han preferido el sacrificio antes que el placer. Y esa abnegación es por el bien de todos, porque cuando Cuba sea libre, la disfrutaremos por igual.
No olvidar a Piloto Barceló, Sonia Garro, Ramón Muñoz, Armando Sosa Fortuny, Marcelino Abreu Bonora, Ernesto Borges Pérez, Madelaine Lázara Caraballo Betancourt, Maikel Delgado Aramburo, Iván Fernádez Depestre, Ángel Frometa Lobaina, Allan Gross, Bismark Mustelier Galan, Ángel Yunier Remón Arzuaga, solo por mencionar algunos entre el centenar de presos recluidos más los que cumplen licencias extrapenales y que conforman la humillante lista de presos políticos del Régimen recientemente “distinguido” para salvaguardar los Derechos Humanos en el Consejo de la ONU.
Aún así, para todos ¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Diciembre de 2013
Este artículo fue publicado originalmente en el blog Los hijos de nadie quiso
Posiblemente también, la mayoría de los cubanos moriremos sin probar el estado de rebeldía y libertad que brinda ser activista en la oposición a la dictadura. Piloto Barceló lo practica diariamente, y sus gritos contra los sicarios que nos maltratan día a día en las prisiones, podía escucharlos en la 1580. Desde mi barraca, a unos treinta metros de separación de la suya, con varias paredes y techos de por medio, llegaba su voz llena de verdades contra los verdugos en cada acción arbitraria o acto de presencia. Su protesta es constante, todo a pesar de su precaria salud. Adquirió tuberculosis en sus celdas, y ni siquiera esa afección lo ha hecho mermar su actitud vertical de opositor permanente. Su delito: manifestarse en la “Plaza de la Revolución”, y tirar octavillas exigiendo las libertades que nos privan.
Hace unos días Piloto Barceló fue transferido a la Prisión Cinco y Medio en Pinar del Río. Ese es otro castigo que tendrá que resistir alejado de su familia. La que le han dejado, porque luego de que la Seguridad del Estado amenazara a su madre, esta sufrió un infarto que la privó de la vida. Ahora su hermana tendrá que viajar hasta ese paraje distante para proveerlo de lo indispensable para sobrevivir, porque sino se nos muere.
Y no es que ser feliz ni comerse el pavo en la navidad sea un delito; dichosos aquellos que lo logren y que se multiplique hasta que todos los cubanos puedan hacerlo en su propia tierra; pero no olviden que por ustedes alguien sufre en este momento, y que también está convocado, desde sus posibilidades de alcance, a luchar y rendir tributo a estos seres humanos que han preferido el sacrificio antes que el placer. Y esa abnegación es por el bien de todos, porque cuando Cuba sea libre, la disfrutaremos por igual.
No olvidar a Piloto Barceló, Sonia Garro, Ramón Muñoz, Armando Sosa Fortuny, Marcelino Abreu Bonora, Ernesto Borges Pérez, Madelaine Lázara Caraballo Betancourt, Maikel Delgado Aramburo, Iván Fernádez Depestre, Ángel Frometa Lobaina, Allan Gross, Bismark Mustelier Galan, Ángel Yunier Remón Arzuaga, solo por mencionar algunos entre el centenar de presos recluidos más los que cumplen licencias extrapenales y que conforman la humillante lista de presos políticos del Régimen recientemente “distinguido” para salvaguardar los Derechos Humanos en el Consejo de la ONU.
Aún así, para todos ¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Diciembre de 2013
Este artículo fue publicado originalmente en el blog Los hijos de nadie quiso