"La guerra contra el mal significa decir no al odio fratricida y a las mentiras que lo alimentan, diciendo no a la violencia en todas sus formas, diciendo no a la proliferación de armas y al comercio ilegal de armas", dijo en su habitual Angelus dominical.
"Siempre existe la duda de si estas guerras son por problemas reales o para vender armas", dijo.
"Hay una guerra comercial para vender estas armas en un mercado ilegal. Esos son los enemigos que hay que combatir - juntos y unidos, buscando el único interés de la paz y del bien común", señaló.
El llamado se produce horas después de que el Papa se dirigiese a unas 100.000 personas en la Plaza de San Pedro en un día de ayuno y rezo para alentar la paz en Siria.
"La violencia y la devastación en Siria debería parar de inmediato y deberíamos trabajar con un compromiso renovado con una solución justa a este conflicto fratricida", dijo el domingo, pidiendo la paz en Egipto, Irak y El Líbano.
Las peticiones de paz se producen mientras Estados Unidos y Francia estudian una acción militar para castigar al líder sirio Bashar al-Assad por el uso de armas químicas cerca de Damasco en un ataque que mató a cientos de personas.
Los países occidentales culpan a Asad por el ataque, aunque el Gobierno sirio niega su responsabilidad.
"Siempre existe la duda de si estas guerras son por problemas reales o para vender armas", dijo.
"Hay una guerra comercial para vender estas armas en un mercado ilegal. Esos son los enemigos que hay que combatir - juntos y unidos, buscando el único interés de la paz y del bien común", señaló.
El llamado se produce horas después de que el Papa se dirigiese a unas 100.000 personas en la Plaza de San Pedro en un día de ayuno y rezo para alentar la paz en Siria.
"La violencia y la devastación en Siria debería parar de inmediato y deberíamos trabajar con un compromiso renovado con una solución justa a este conflicto fratricida", dijo el domingo, pidiendo la paz en Egipto, Irak y El Líbano.
Las peticiones de paz se producen mientras Estados Unidos y Francia estudian una acción militar para castigar al líder sirio Bashar al-Assad por el uso de armas químicas cerca de Damasco en un ataque que mató a cientos de personas.
Los países occidentales culpan a Asad por el ataque, aunque el Gobierno sirio niega su responsabilidad.