Un grupo de turistas de Yale visita un restaurante de La Habana en "The Cuban Affair", la nueva novela de Nelson DeMille, mientras el manipulador cubano de la policía política expone las bendiciones del socialismo, escribe John J. Miller en The Wall Street Journal.
Durante una conversación en el café en el Hotel Four Seasons, de Chicago, donde DeMille se hospeda durante una gira promocional del libro a nivel nacional, el autor reflexiona sobre la raíz del problema del comunismo cubano y su mente se dirige a Alexander Solzhenitsyn, el autor y disidente ruso, que murió en 2008, cuando apuntó que los intelectuales decían que el socialismo es bueno si lo haces bien, que no es coercitivo por su naturaleza. Así, acorde con en esa mentalidad sembrada hay millones de personas en el mundo y en este país (EE.UU) que no saben la naturaleza represora del comunismo. Incluso pueden visitar Cuba y no cambiar su pensamiento idiota, dice DeMille. "Están intelectualmente o emocionalmente ligados a ese ideal".
El nuevo libro del reconocido autor estadounidense salió el 19 de septiembre y está en las listas de best-seller de ficción. DeMille lo llama "una antigua aventura de acción, de caza y escape". Su tema de la Guerra Fría se hace eco de "The Charm School" (1988), quizás la novela más conocida de DeMille.
"Cuba es una cláusula del tiempo de la Guerra Fría, un anacronismo", dice. "Es difícil creer que todavía está ahí, con un sistema político que no funciona. ¿Cómo hacen estas personas que tienen tantos contactos con amigos y familiares en el sur de la Florida y saben exactamente lo que está sucediendo a noventa millas -la prosperidad, la comodidad y las libertades políticas- cómo toleran el sistema?"
Al hablar de Cuba, el señor DeMille menciona la Unión Soviética. Él viajó allí en los años 80 antes de escribir “The Charm School”. Un personaje en esa novela predice que en una década la Unión Soviética sería barrida. El Muro de Berlín cayó el año después de la publicación del libro. El señor DeMille se niega a hacer una suposición similar sobre el futuro de Cuba, a pesar de que visitó la isla para la investigación en 2015. "Cuba apenas se acerca", dice. "Después de que el comunismo se derrumbó alrededor del mundo, este lugar se mantuvo. Tal vez fue el carisma de Fidel Castro? No tengo idea. No tengo respuestas”.
El pueblo cubano, sin embargo, le impresionó por su inventiva. Le gustaría ver más de este espíritu, pero sabe que el Gobierno no lo permitirá. "Cuba no está evolucionando como lo ha hecho Vietnam", dice, relatando un viaje al sudeste de Asia en la década de 1990, cuando investigó "Up Country", una novela de 2002. "Los vietnamitas han abrazado el capitalismo de todo corazón".
Las cosas son diferentes en Cuba. "En caso de que alguien se esté preguntando, el socialismo simplemente no funciona", dice DeMille. "Esta es una dictadura. Es un estado policial opresivo. No tienen derechos de propiedad. La gente se pone en fila para resolver las necesidades de la vida, como la comida y la ropa, gastando millones de horas en eso. En "The Cuban Affair", el personaje Mac examina la grandeza decadente de La Habana y concluye: "Toda esta ciudad necesita contratistas cubanos de Florida ".
"¿El pueblo se levantará contra sus torturadores? Cuba es conocida por sus revoluciones", dice DeMille.
DeMille se llama a sí mismo "un viejo republicano de Rockefeller" y dice que votó por Donald Trump. "Los estadounidenses vieron a un hombre con cojones, alguien que iba a defender este país. Lo comparo con Teddy Roosevelt: es un neoyorquino atrevido, un hombre de verdad. "En Cuba, el señor Trump tiene la oportunidad de emerger como un gran estadista."
El vínculo literario más evidente con "The Cuban Affair" es "Nuestro hombre en La Habana", la novela de espionaje de Graham Greene de 1958. DeMille dice que mientras se preparaba para escribir "The Cuban Affair", releía el libro de Greene, pero también evitaba cualquier mención de él en la novela debido a cómo los lectores han cambiado con el tiempo. "No quiero perder una audiencia que no entienda las alusiones literarias o las referencias históricas", dice. "En la década de 1970, usted podría hacer atajos y hablar sobre la Segunda Guerra Mundial o incluso la Primera Guerra Mundial y los lectores lo entendían. Los lectores de hoy no tienen la misma educación clásica. Me niego a callar en mis libros, pero hago arreglos evitando algunos temas y temas que podrían no sonar".
El autor encuentra lamentable la decadencia de un público incapaz de hablar de filosofía o de grandes asuntos. En una reminiscencia del tema usa una broma en "The Cuban Affair" a expensas de los liberales incultos de este munod. DeMille dice: "Es fácil burlarse de la gente políticamente correcta, tanto que ya no vale la pena".
DeMille, de 74 años, nació en Queens y creció en Long Island, donde aún vive. En 1966 fue estudiante en la Hofstra University: "Me aburría en la escuela y no me inscribí en el semestre de primavera". Entoces recibió un aviso preliminar, se alistó en el ejército. Luego se embarcó en la guerra de Vietnam, donde vivió el combate como líder de pelotón durante la ofensiva del Tet. Después de tres años de uniforme, regresó a casa, terminó su carrera e intentó escribir lo que él llama "la gran novela de la guerra americana". Pero un editor de libros le dijo que nadie quería leer sobre Vietnam.
Cuando un editor de talentos le adelantó un cheque de cinco cifras, comenzó a redactar "By the Rivers of Babylon", la novela de 1978 que se convirtió en su primer libro de tapa dura, y también uno de los primeros thrillers en contra del terrorismo de Oriente Medio. Desde entonces, DeMille ha escrito una novela casi cada dos años, vendiendo decenas de millones de ejemplares.
Para un escritor como DeMille el asunto cubano representa un gran cambio radical.