El ensayista e historiador cubano Rafael Rojas presentó el 2 de junio su Historia mínima de la revolución cubana (Colegio de México-Turner, 2015) en la librería Books & Books de Coral Gables, Miami.
El libro de Rojas forma parte de una serie que ha coordinado el Colegio de México para abordar de manera breve la música, la economía o la historia de los países, sin que los fundamentos teóricos interrumpan la narración de estos eventos universales.
El primer planteamiento de Rojas en su presentación ante el auditorio en la acogedora librería miamense fue "el péndulo de la historia". Su tesis es que aprecia "como una especie de vaivén la identidad ideológica de los líderes oficiales (o más conocidos) de la revolución". Para el historiador cubano es importante desmenuzar la ideología de los llamados "moncadistas", los comandantes de la Sierra Maestra o las organizaciones clandestinas urbanas, ya fueran del Movimiento 26 de Julio o el Directorio Revolucionario.
Para Rojas es fundamental una muestra de la correspondencia entre Ernesto Guevara y el comandante René Ramos Latourt, luego muerto en combate "que a los términos de hoy éste último tendría tintes socialdemócratas", señaló.
Rojas describió cómo en la correspondencia entre Guevara y Latourt aparecieron visos de la discrepancia que luego hubo en el mismo seno de la cúpula castrista y concluyó en fusilamientos, largas condenas a prisión, el exilio o procesos de defenestración.
"Sobre esto ha habido una larga y poco conocida discusión en los círculos oficiales en Cuba", precisó Rojas.
La intención de Rafael Rojas con su Historia mínima… es la de reconstruir estas discusiones, que –insistió- no son exclusivas de la intelectualidad oficialista cubana.
Un concepto en la oscuridad
La historiografía oficial ha vendido lo que llaman revolución cubana como un evento restringido a la fuga de Batista y la entrada de Castro al poder en 1959, soslayando los intentos nacionalistas contra Machado en 1933; así como las discusiones contra el propio Batista en 1952 (a raíz del golpe de Estado) y los asaltos a los cuarteles Moncada, Bayamo y Goicuría.
El proceso de destrucción de un viejo régimen social para la instauración de uno nuevo, es lo que se entiende en la historiografía moderna como una revolución. Visto así, Rojas incluye en la revolución cubana los mencionados hechos violentos y precisa que las acciones pacíficas, por parte de pensadores como Mañach y Manuel Márquez Sterling, también deben incluirse en ese proceso que dio lugar al derrocamiento de la dictadura de Batista.
Por tanto, como todo proceso que busca un fin, la "revolución", como búsqueda por establecerse "concluye en 1976, con el establecimiento de la Constitución socialista". Momento en que para este ensayista se afinca de manera definitiva el modo estalinista de dirigir un país.
Una oposición pacífica
Al concluir los comentarios sobre su libro, Rafael Rojas respondió varias preguntas de los presentes, entre los que se encontraban los activistas Juan Antonio Madrazo Luna y Manuel Cuesta Morúa. Este último indagó en si la investigación de Rojas abordaba en su periodización las acciones de la oposición pacífica anterior a 1959.
"Hay dos diálogos cívicos impulsados por Jorge Mañach y Márquez Sterling (1954-1956) que involucran a líderes auténticos y ortodoxos", y en los que Rafael Rojas aprecia fueron fuerzas que empujaron a dinamizar la sociedad civil de entonces.
Rojas hizo alusión a tesis oficialistas cubanas con las que difiere y mencionó específicamente al historiador Jorge Ibarra Guitart, quien asegura que las opciones pacíficas contra Batista estaban destinadas al fracaso.
"Les reprocha a los involucrados una ideología reaccionaria o conservadora, que es el término que utiliza (Ibarra Guitart), y que yo no encuentro por ningún lado, creo que había mucha sintonía entre el grupo que estaba haciendo la oposición pacífica y por ejemplo sectores del M-26 de Julio y del Directorio… en el llano o el Escambray. No veo ese conservadurismo", aseguró Rojas.
Como parte de la reconstrucción historiográfica, el libro de Rafael Rojas se adentra en "otros actores, como el grupo de las asociaciones civiles que encabeza Miró Cardona, y que juegan un papel importante: la iglesia, o las iglesias".
También citó las interpelaciones del gobierno de Batista en el Congreso, así como los procesos abstencionistas en las dos últimas elecciones presidenciales, de 1956 y 1958, dos procesos que el investigador incluye dentro de la oposición pacífica", finalizó.