Cuentapropistas de la localidad de Contamaestre en Santiago de Cuba explican al activista Jorge Cervantes las dificultades que enfrentan en las calles para realizar su trabajo y los peligros que corren aquellos que deciden ganarse la vida desde la ilegalidad.
Las excesivas restricciones de los inspectores estatales y las constantes multas contra ellos, pese a tener sus patentes (permisos) en orden, son las situaciones que más golpean a los residentes, según dijeron.
La patente (permiso para trabajar) es el documento legal que piden los inspectores. Sin embargo, se quejan de que ese no es el único impedimento para poderse ganar la vida. "Nos exigen pagar la patente pero al mismo tiempo nos ponen restricciones para realizar las ventas y nos multan a cada paso".
Un joven que decidió renunciar a la patente y trabaja desde la "ilegalidad" dijo que ellos no tienen a dónde acudir para denunciar lo que ocurre.
"No tenemos a nadie que nos escuche y defienda nuestros derechos", lamentó.
