La FIFA y la UEFA continúan castigando a Rusia por la invasión a Ucrania. El más reciente castigo: la final de la supercopa europea que se iba a jugar el 16 de agosto 2023 en el Ak Bars Arena, en Kazán, Rusia, ahora se jugará en Grecia.
El revés económico es devastador para un país que está atravesando por una crisis financiara. Esto significa millones y millones de dólares en pérdidas para todo el país, especialmente para la región de Kazán, que esperaba, bajo circunstancias normales, la asistencia de unos 40 mil aficionados extranjeros al partido.
Ustedes recordarán que la UEFA también le había arrebatado a Rusia la final de la Champions League 2022, que se iba a jugar en San Petersburgo, la ciudad natal de Vladimir Putin. Para esa final, se esperaban más de 80 mil turistas extranjeros. Ese revés financiero le costó a Rusia miles de millones de dólares, pues estamos hablando del evento deportivo más importante del mundo a nivel de clubes.
Ni La FIFA ni la UEFA permiten que Rusia, dentro o fuera del país, compita en eventos de balompié. La FIFA canceló 2 partidos de repechaje que le pudieron haber costado a Rusia su clasificación al mundial de Qatar.
La supercopa europea se juega cada año entre el ganador de la Liga Europea de Campeones, o Champions league, y el ganador de la Europa League. La UEFA -Unión Europea de Fútbol- le había otorgado la final a Kazán en el 2021. Desde el verano pasado, la UEFA había advertido a Rusia que le quitaría la final de la supercopa si no paraba su agresión a Ucrania… ¡Dicho y hecho!
En menos de un año, Rusia ha recibido varios castigos severos por parte de las dos entidades más poderosas del balompié mundial.
Rusia sigue perdiendo millones con castigo de la UEFA
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