Con la excepción de Vladimir Putin, nadie en Rusia tiene tanto poder de la economía y política tan en sus manos como Igor Sechin. En el último paquete de sanciones de Estados Unidos a magnates rusos vinculados con el Kremlin aparecía el nombre del CEO de Rosneft Igor Sechin. Tenía todo el derecho para aparecer en la primera lista.
La revista Forbes considera a Sechin una de las 72 personas más poderosas del planeta y lo ubicó en el lugar 42, por encima del premier ruso Dimitri Medvedev. El mismo 31 de diciembre de 1999 fue al Kremlin para dirigir la administración de Putin y en su ausencia, del 2008 al 2012, fue viceprimer ministro, encargado de la energía. Al retornar Putin le nombró director ejecutivo de Rosfnet, el gigante estatal petrolero ruso. La prensa rusa asegura que es el presidente de una empresa estatal mejor pagado, con salario de 50 millones de dólares anuales.
Los vínculos de Rosneft en Occidente se centran en BP y Exxon. Pues PB controla casi una cuarta parte de las acciones de Rosnef y Exxon participa en muchos de los proyectos de futuro que tiene la empresa rusa. Ahora las reuniones de esos grandes consorcios tendrá que ser en Rusia pues
Sechin no puede viajar a Occidente. Sechin es de los miembros del club “Leningrado” en el Kremlin, como llaman a dirigentes y funcionarios rusos que provienen, al igual que Putin, de la ahora San Petersburgo. Sechin nació y se educó en la excapital rusa. Como filólogo y traductor de portugués laboró en la inteligencia militar y sirvió en Mozambique y Angola, durante los conflictos de la Guerra Fría. Al desaparecer la URSS, junto a Putin estuvo en el Departamento de Relaciones Exteriores de la Universidad local y después en la alcaldía. Juntos se van a Moscú en 1996 para trabajar en el Kremlin y desde entonces van de la mano.
En Rusia acusan a Sechin de ser el cerebro que desmembró Yukos, y envió a la cárcel a su dueño Mijail Jodorkovski. Le apodan el Cardenal Gris. Y sus opiniones sobre democracia las expuso hace meses atrás al diario The Wall Street Journal cuando acusó a Google (citando sin sonrojarse a esa empresa) de estar “detrás de la manipulación occidental para organizar las revueltas populares en Egipto”. Según Shechin, el director de mercadeo de Google en Egipto, Wael Ghonim, fue el culpable de la caída de Hosni Mubarak. Ha sido el hombre de Putin para América. Desde el 2008 se ha dedicado a visitar Cuba y Venezuela. Promete invertir en el proyecto de El Mariel y Rosneft tiene multimillonarios contratos para explotaciones petroleras en Venezuela.
En los últimos años ha sido un constante viajero entre Moscú, La Habana y Caracas. Siempre tiene las puertas abiertas en Miraflores y en la Plaza de la Revolución. Las únicas plazas que ahora le quedan para visitar sin complicaciones.
La revista Forbes considera a Sechin una de las 72 personas más poderosas del planeta y lo ubicó en el lugar 42, por encima del premier ruso Dimitri Medvedev. El mismo 31 de diciembre de 1999 fue al Kremlin para dirigir la administración de Putin y en su ausencia, del 2008 al 2012, fue viceprimer ministro, encargado de la energía. Al retornar Putin le nombró director ejecutivo de Rosfnet, el gigante estatal petrolero ruso. La prensa rusa asegura que es el presidente de una empresa estatal mejor pagado, con salario de 50 millones de dólares anuales.
Los vínculos de Rosneft en Occidente se centran en BP y Exxon. Pues PB controla casi una cuarta parte de las acciones de Rosnef y Exxon participa en muchos de los proyectos de futuro que tiene la empresa rusa. Ahora las reuniones de esos grandes consorcios tendrá que ser en Rusia pues
Sechin no puede viajar a Occidente. Sechin es de los miembros del club “Leningrado” en el Kremlin, como llaman a dirigentes y funcionarios rusos que provienen, al igual que Putin, de la ahora San Petersburgo. Sechin nació y se educó en la excapital rusa. Como filólogo y traductor de portugués laboró en la inteligencia militar y sirvió en Mozambique y Angola, durante los conflictos de la Guerra Fría. Al desaparecer la URSS, junto a Putin estuvo en el Departamento de Relaciones Exteriores de la Universidad local y después en la alcaldía. Juntos se van a Moscú en 1996 para trabajar en el Kremlin y desde entonces van de la mano.
En Rusia acusan a Sechin de ser el cerebro que desmembró Yukos, y envió a la cárcel a su dueño Mijail Jodorkovski. Le apodan el Cardenal Gris. Y sus opiniones sobre democracia las expuso hace meses atrás al diario The Wall Street Journal cuando acusó a Google (citando sin sonrojarse a esa empresa) de estar “detrás de la manipulación occidental para organizar las revueltas populares en Egipto”. Según Shechin, el director de mercadeo de Google en Egipto, Wael Ghonim, fue el culpable de la caída de Hosni Mubarak. Ha sido el hombre de Putin para América. Desde el 2008 se ha dedicado a visitar Cuba y Venezuela. Promete invertir en el proyecto de El Mariel y Rosneft tiene multimillonarios contratos para explotaciones petroleras en Venezuela.
En los últimos años ha sido un constante viajero entre Moscú, La Habana y Caracas. Siempre tiene las puertas abiertas en Miraflores y en la Plaza de la Revolución. Las únicas plazas que ahora le quedan para visitar sin complicaciones.